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Nadie te obliga a ser aficionado a los toros, nadie. Uno se hace aficionado a través de diferentes mecanismos, seas español o de otra nacionalidad taurina o no taurina, la llama de la afición aparece. Para nada existe obligación. En OyT, además de aficionados, ejercemos el periodismo taurino, si bien la primera condición es la que prevalece por encima de la segunda. Ni tan siquiera la necesidad de comer se antepone a la de ser aficionado. De ahí nuestra manera de informar, diferente, muy diferente al resto de medios taurinos. Nos lo exigimos para no perder la independencia y rociar de veracidad sincera cuanto hacemos. Pero es que, además, nos apasiona la Fiesta y volcamos sobre ella nuestras ilusiones, reflejadas en los distintos reportajes, entrevistas, debates y artículos que les ofrecemos. Solo del resultado de los festejos no puede vivir un aficionado, de ahí que nuestras inquietudes vayan más allá. Y en este equipo, que conforma Opinionytoros, se dan múltiples coincidencias para hacer lo que hacemos. Como todo es pasión, compromiso con la verdad y para con los lectores que nos leen, no sabemos de fronteras ni de topes, de ahí nuestra constancia en ofrecer información, opinión e imágenes para poner blanco sobre negro de cuanto acontece en los ruedos del mundo. A todos nos mueve la misma fuerza: Independencia y Veracidad; así como el mismo objetivo: Toro íntegro y Toreo auténtico. Esta afición no sabe de edades, no somos un grupo de amargados vejestorios suspirando siempre por todo lo pasado. No somos de los que decimos que todo lo anterior fue mucho mejor por rutina. Si acaso, por constatación, nunca por nostalgia. En este grupo de OyT contamos con gente de todas las edades, pero comulgamos curiosamente con la misma afición, el mismo compromiso con todo lo que de serio y grandeza tiene la Fiesta, que no es precisamente el de cortar las orejas los toreros a toda costa y todos los días como pretenden algunos. Un equipo tan amplio en su número como en sus fechas de nacimiento, y que para completarlo tiene una importante paridad entre hombres y mujeres. Todos hablamos y sentimos la afición de la misma manera: Lo primero el toro y el toreo, no solo la veneración a los toreros. El grupo está conformado por todas las edades. Tres han pasado los 70 años, pero otros tres no han pasado de 20. Desde los 18 años del menor a los 74 del mayor, hay un amplio abanico: 10 en la veintena y 9 en la treintena; 13 en los cuarenta y otros 13 entre los 50 y 70. La media, muy asentada, está en los 44 años, quizá la edad ideal, lo que nos da un carácter de madurez y juventud simultáneamente. No es casualidad que gentes de tan diferentes edades compartamos un mismo ideal, un mismo objetivo. Y es que la integridad y autenticidad de la Fiesta merece ese esfuerzo de los que creen en ella y en sus raíces, no en su negocio. Entre todos, cada uno aporta lo que lleva dentro, se acrisola una más que capacitada afición y conocimientos para hacer lo que hacemos. Se demuestra que no hay una edad para ser un aficionado cabal. Aquí, en esta casa, están las pruebas. Somos un grupo homogéneo en cuanto a su acendrada afición, plenos de ilusión por defender lo que amamos y convencidos de que ese es el camino para dotar a la Fiesta de credibilidad. No hay de otra. Se podrá decir que se puede defender desde otros ángulos pero siempre quedará la duda si, al hacerlo, se defiende solamente un negocio o el sustento de cada día. En nosotros no aparece ni esa sospecha. No nos mueve otra cosa que la afición por la Fiesta y la necesidad de que los aficionados puedan tener una información limpia de cualquier contaminación. Y como se puede comprobar, ni somos un grupo de viejos ni tampoco de inexpertos. Periodismo puro para intentar que la fiesta brava, la auténtica, no pierda más de lo que ya lleva perdido.
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