Este matador de toros venezolano, valenciano de cuna, tiene varios años cuajándose como tal, en el exterior, desde el año 1994 cuando entra por vez primera a España, lidiando y matando un toro de Capea
en la Feria de San Lorenzo, en Segovia. Se viste en traje campero en un festival en Pastrana, Guadalajara, cortando una oreja y matando ese año 17 toros, oportunidades que en Venezuela no las tuvo nunca. Así comienza su peregrinaje hasta tomar la alternativa en Torremocha, Cáceres, el 15 de septiembre de 2002, de manos de César González y como testigo Marcos Sánchez Mejía, con una corrida de Zalduendo.

Da Silva aún residenciado en España, viene cumpliendo su rodaje en ruedos españoles, con todo lo que significa ser un torero extranjero, con constancia, firmeza y sacrificio, con la esperanza que tarde o temprano, las oportunidades florezcan en Venezuela como él las aspira y de demostrar su oficio.

Vía telefónica hemos conversado con este torero valenciano, uno más de la cantera taurina venezolana, que con esfuerzo propio, se fue a otras latitudes en busca de las oportunidades negadas en su país pero con la frente y orgullo muy por alto. Ya avisora algunas actuaciones en tierra de origen y es así, con este panorama profesional por delante que le hemos preguntado: 

-¿Adelino que se siente estar como torero fuera del país?
 
Buena pregunta, en algunas ocasiones muy orgulloso, cuando toreas algún festejo y representas a tu país como torero venezolano y otras veces pues algo triste y preocupado pues soy un emigrante que ha salido a buscar las oportunidades que no se te brindan en tu país, de aprender el arte, a salir adelante, madurar como torero, a soñar con la gloria y el triunfo, porque todos los toreros somos grandes soñadores.

-¿Vale la pena hacer campaña en el exterior?

Según como lo mires maestro, sí quieres aprender, evolucionar como torero, España es la madre patria del toreo, aquí vives, día a día con el toro, con profesionales, con grandes maestros, aquí se sabe de toros.

En nuestro país, lamentándolo mucho, todavía esta en pañales taurinamente, pues se piensa con el bolsillo y si estás en busca de oportunidades pues son muy escasas.

El toro hoy en día en España es comercial, sí tienes toreas no tienes no toreas, pero lo esencial y primordial en este oficio, es que nunca hay que dejar de soñar con ese día de suerte de conocer a un romántico del toreo, que vea tus cualidades y figura, que te ponga a funcionar.
 
-¿Porqué te fuíste de Venezuela, realmente no había oportunidades o   querías probar mejor suerte en otro lado, en otros ruedos extranjeros?

Pues sinceramente las dos cosas, me fui de Venezuela por la lamentable escasez de oportunidades que tenía, hay que rogar mucho y desde que quiero ser torero, tengo claro que yo quiero ser un gran profesional del toreo, llegar muy lejos en esta profesión y Venezuela, mira duele tener que decirlo, no me daba eso que buscaba, por lo que tomé la determinación y decisión de probar mejor suerte en el exterior y me vine a España.

Hoy día estoy contento conmigo mismo, pues con mucha lucha voy alcanzando mis metas, una de ellas, ser profesional del toreo, no me quejo de mi permanencia en esta tierra española, no sé que sería de mí, si no hubiera decidido cruzar el charco en busca de una meta, me imagino que posiblemente estaría como la mayoría de los novilleros venezolanos que sin oportunidades deciden pasar a las filas de banderilleros para poder seguir en lo que te gusta, es una gran verdad y como usted mismo dice, maestro, duela a quien le duela.

Es la gran verdad taurina venezolana, pero la fe no la pierdo, mi lucha continúa y a mis compañeros en mi país, que no desmayen, que sigan adelante allá para lograr el día de la oportunidad, que nos den la importancia y valor que tenemos y que nos ganamos con el sudor del aprendizaje y experiencia, el puesto deseado, el que sabe luchar vence y quienes logren viajar al exterior, pues igual, el sacrificio tiene, tarde o temprano, la gran recompensa, ser verdaderos profesionales del toreo.

Verdades con sentimiento torero, ha dicho Adelino Da Silva, quien dejó su tierra venezolana tras mejor suerte en otras latitudes, a buscar lo que no pudo conseguir en su país, hacerse profesional del toreo, con la esperanza de regresar a tierra nativa, con la frente muy en alto, tras la oportunidad deseada, dejarse ver y enseñar el oficio aprendido, ese que todos anhelan, ser toreros.

*En las gráficas, con Enrique Ponce y tentando en el campo