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Estamos ya en la parte de la Plaza de Toros México que corresponde al tendido de sol, junto a este conjunto escultórico que da vida a la figura del inolvidable Luis Castro, mejor conocido como “El Soldado”. Hombre de altos vuelos, que también se le conocía como “El torero más caro”. La escultura habla del genio y figura del hombre, quien nació en la Ciudad de México, nada más y nada menos que en el barrio más taurino de aquella época, en Mixcoac, un día 25 de agosto de 1912, su infancia se rodeó de un ambiente militar suigéneris, ya que muy cerca había un alojamiento de soldados que a él le llamaban la atención como niño, junto con otros chiquillos que, al regalarles insignias militares, se sentian poseedores de altas jerarquias, por lo que formaron un “pelotón”. Pero su vida lúdica cambió cuando asite por primera vez a una corrida de toros.
Luis Castro Sandoval “El Soldado” El arte del toreo toca vidas para siempre en las almas sensibles, y para Luis Castro no fue la excepción, a tal grado que decidió cambiar el uniforme y las botonaduras de militar por los bordados en seda y oro.
Siendo muy joven, actuó en la plaza de Mixcoac, era una primavera el 24 de marzo de 1932. En El Toreo de la Condesa llego al cenit novilleril, y tomó la alternativa en México el 5 de marzo de 1933 en manos de Joaquín Rodríguez “Cagancho” y de testigo David Liceaga, al toro “Fundador” de Coaxamalucan.
Tomó una segunda alternativa al ir a España en manos de Rafael Gómez “El Gallo” y de testigo de ritual de ceremonia Lorenzo Garza un 24 de marzo de 1935 con el toro”Perlito” de la ganadería de Carmen de Federico el la ciudad de Castellón de la Plana.
Engalana y flanquea La México, como el reloj monumental El manejo del percal era parte de su exquisita ejecución. Una de sus mejores faenas fue al toro “Rayito” en la temporada 1943-1944 y también los lances a “Porrista”, ambos de San Mateo.
Figurón altivo del toreo mexicano Tan fue un “figurón del toreo” que inauguró la Monumental de Insurgentes el 5 de febrero de 1946. Por ello y más, mereció estar tan altivo y firme en un peldaño de la Plaza, como “un soldado” pero solo en el sentido figurado de su sobrenombre, ya que la plasticidad de la obra habla de su arte en movimiento. Superó cornadas muy fuertes, petardos y división de opiniones por su fuerte carácter y temperamento. Fue un hombre de duras batallas y profundas faenas, hoy se aprecia su complexión física y su ceño en el rostro de “torero caro”, además en la delicadeza de su trazo al torear reposado en el bronce de la obra escultórica de Just Gimeno y claro, junto a la compañía de su mejor amigo: El toro de lidia.
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