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Ante un cuarto de entrada en la Plaza Vicente Segura se celebró el último festejo de feria. Se lidió un disparejo pero impresentable todo y descastado encierro de Medina Ibarra. Uno más de regalo, de La Venta del Refugio en la misma línea del hierro titular.
Arturo Macías El Cejas: una oreja con protestas en su lote Iván Fandiño: una oreja, silencio y dos orejas en el de regalo Sergio Flores: silencio y una oreja
 Una infamia para una feria de importancia y matadores de primera línea Una verdadera pachanga ha sido el cierre de feria en Pachuca. De becerrotes a novillitos pitados de salida los lidiados por toros. Orejas oficiosas. Un astado de regalo que pasó con un solo par de banderillas, sin cambios de suerte porque la banda completa se retiró tras la lidia del sexto. Eso sí, no faltó la música durante la faena. Se pudo poner un disco, pero no el orden. Un festejo sin autoridad. El juez de plaza no tuvo mando mas que para izar en su mano el pañuelo y conceder orejas una y otra vez.
Una verdadera vergüenza y un gran daño a la fiesta de los toros; aunque otros digan que el perjuicio lo cometemos nosotros por puntualizar.
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