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Sensacional resultó el encierro de la ganadería de El Cuate González lidiada en la ciudad de Chachapa, el ganadero Rafael González Hijo, dio la vuelta al ruedo luego que se lidiara el tercero de la tarde. Los novilleros Nicolás Gutiérrez, André Lagravere “El Galo” y Pablo Atienza, salieron al tercio mientras que el poblano Héctor Gabriel dio una vuelta al ruedo. La plaza portátil La Rielera, con un cupo aproximado de 1,200 localidades, se llenó. Chachapa, población prácticamente integrada a la ciudad de Puebla, celebra el centenario de su feria regional, el Dr. Héctor Aquino Sombrero se animó a organizar una novillada, inclusive, con cuadrillas de la Unión de Subalternos. Es la primera vez que en dicha población se realiza un festejo formal. El ganadero Rafael González se llevó la tarde Se lidiaron cuatro novillos acordes a una plaza pequeña, pero no se piense que fueron chivitos destartalados como suele hacerse en algunos sitios, qué va, fueron bovinos con cornamenta, que rondaron en los 350 kilos de peso, todos con bravura, con embestidas emotivas y con calidad, destacando el primer al que se le dio arrastre lento, El que cerró plaza fue el menos, quizá por el golpe que se dio al rematar en las tablas, que en realidad eran de metal. El castigo en varas fue medido dado el tamaño del encierro, pero todos pelearon en varas y algunos sangraron hasta la pezuña
Rafael González Bocardo, hijo del desaparecido Cuate González, dio una merecida vuelta al ruedo por la calidad y emotividad de su ganado. Se recuerda la novillada que esa casa ganadera lidió en Huamantla hace dos años y medio que también fue extraordinaria, lo que hace suponer que en la ganadería hay bravura y, por lo tanto, emoción en la embestida. Sería muy interesante ver lidiar una corrida de dicha dehesa. Por ejemplo, los novillos lidiados en Chachapa, ya con cuatro años cumplidos hubieran desarrollado buena presencia y su comportamiento, ya con edad de toros, pondrían a prueba a matadores con alternativa. Lo importante es que los herederos de El Cuate González siguen conservando la bravura, imprescindible en un espectáculo que se llama fiesta brava. Tlaxcala tiene una ganadería más que puede presumir, literalmente, de ganado bravo. Nicolás Gutiérrez André Lagravere Héctor Gabriel Pablo Atienza Los toreros han estado bien cada uno en su estilo dando lo mejor de sí, sólo que llevaron al espada de palo, si hubieran acertado, quizá hubieran obtenido algún premio. Los cuatro sufrieron al ejecutar la suerte suprema; inclusive, Lagravere se llevó dos avisos,
El aguascalentense Nicolás Gutiérrez pudo recrearse con el primer novillo que humillaba mucho en la embestida. André Lagravere, de Yucatán, banderilleó y logro tandas por ambos lados, no fue una faena corta, cuando se tiró a matar el novillo todavía tenía motor. El poblano Héctor Gabriel también clavo banderillas, cuajó tandas buenas destacando dos por el lado izquierdo bajando mucho la mano, hizo algunas cosas vistosas para el tendido como sostener en una mano el sombrero de charro de su abuelo “El Teniente”. El español Pablo Atienza también pudo cuajar buenos muletazos. Unos novios en plena calle de Chachapa con su comitiva No se trata de echar las campanas al vuelo, ni de dar coba a nadie; sin embargo, ganadero, toreros y la empresa han cumplido perfectamente con el cometido de ofrecer una novillada en la ciudad de Chachapa. Cabe destacar la buena actuación del juez de plaza Pepe Luna, respetando la categoría del palco.
Fotos: Jaime Oaxaca
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