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Ficha del Festejo
Y con el de hoy llevamos 24 festejos de un ciclo pasado por agua y temperaturas más bien bajas para esta época del año; la tarde no pintaba nada bien que digamos, las aguas se veían venir y rompieron, menos mal que fue en el sexto toro.
La corrida de este domingo tenía ciertos alicientes, como podían ser cartel y los toros escurialenses del cortijo Wellington con el hierro de Baltasar Ibán y tres toreros según se dice del gusto de Madrid. Iván Vicente, Alberto Aguilar, ambos capitalinos y el segoviano Víctor Barrio. Hoy era domingo y por tanto la plaza registro unos ¾ de entrada; el público no era el habitual y lo notamos mucho, quizás era más festivalero, pero no de los del clavel.
El festejo se dividió en dos partes; en la primera parte saltaron al ruedo los tres mejores del encierro, pero el único que supo aprovechar las circunstancias fue el madrileño Alberto Aguilar, que si sacó provecho del segundo de la tarde y le cortó el único trofeo del festejo de tan desapacible tade; ni Iván Vicente ni Víctor Barrio aprovecharon la oportunidad que se les presentó.
Aguilar tras terminar su faena de oreja El ganado con el hierro de Baltasar Ibán, encastadillos, sacaron a relucir no solo su procedencia, sino también sus formas ya conocidas por los aficionados madrileños, bien presentados, bien armados por delante y rematados por detrás, quizás algo atacados de kilos, mal que hemos sufrido durante todo el ciclo, -que quede claro-, los kilos no tienen nada que ver con el trapío, a ver si aprendemos de una vez y para siempre. La media de peso en la romana fue de 568 kilos. En la segunda parte del festejo, bien podemos decir que el tono de los toros bajaron mucho.
Una buena media del saludo capotero de Iván Vicente En este día, todos incluso los isidros domingueros esperábamos más del paisano Iván Vicente ya que es un buen torero y de hecho lo demostró en el saludo capotero al primero del encierro ejecutando cuatro verónicas de excelente corte y rematada con una media acompasada y bien dibujada. Algo le tuvo que ver al Baltasar, que ni corto ni perezoso se fue a brindar a la Infanta Elena que ocupa su localidad ya habitual. Inició labor con la muleta en la mano derecha, de la tanda hay que destacar uno que sí que valió la pena, al igual que un natural y el forzado de pecho de remate, descarándose ante los pitones del burel, pero lo demás no cuenta y mira que el toro servía. Eso sí se volcó sobre los pitones a la hora de matar, dejando una estocada entera que la acusó el morlaco doblando pronto. Palmas para el madrileño que saludó desde el tercio. El cuarto era un mansote embistiendo con las manos por delante, tampoco peleó en el caballo y se dolió en banderillas, derrotó en el último tercio, quizás eso fue el determinante que pusieron en apuros al de Madrid. Y ya no digamos con los aceros, dando un mitin con el descabello y escuchando dos avisos desde el palco. Respetuoso estuvo el público que guardó silencio tras el arrastre de tan mansito animal.
Aguilar doblándose con su primero Muy esperado era ese pequeño torero pero con un “corazón” muy grande, ¿ustedes me entienden verdad?. A Alberto Aguilar le tocó en suerte el mejor animal del encierro y el madrileño sí que supo aprovecharlo. La primera ovación la escuchó al torear con el percal tras un ramillete de verónicas y el remate, la segunda fue en el quite de la primera salida del puyazo. Él sabía lo que tenía como “enemigo” y tras el brindis al respetable, inició faena con unos doblones muy toreramente, otra ovación del público, ya fuera de rayas, cuatro redondos diestros, sumando otros tres más de estupenda factura, con la zurda ya se metió definitivamente a los aficionados en la buchaca; lo toreó estupendamente por bajo para cuadrar al animal. Entró muy recto y dejó una estocada entera un pelín traserilla, saliendo el cuatreño muerto sin puntilla. Pañuelos al viento pidiendo el doble trofeo, pero quien presidía creo que estuvo más que justo, concediendo un solo trofeo. Su segundo, se rajó muy pronto, pese a ello, inició labor sin probaturas con la diestra, tanda que se aplaudió desde los tendidos, pero en la segunda tanda fue espeluznantemente cogido, pero sin consecuencias, pero luego ya no dio más de sí el cinqueño. Con la toledana espadazo en el sitio dando muerte así al animal. Palmas para el torero que saludó desde rayas.
Víctor Barrio con la diestra Al segoviano Víctor Barrio, también le tocó uno de los ibanes bueno, pero el de Grajera no supo sacarle provecho, se dejó enganchar la pañosa en varias ocasiones y por ambos pitones, su quehacer fue regulín, consiguiendo algunas palmas en pasajes muy contados; tampoco estuvo acertado con la tizona, de entrada un pinchazo y luego una estocada entera desprendida pero con efecto, siendo apuntillado por su tercero. Silencio. Su labor en el sexto tampoco llegó al ya escaso púbico que quedaba en los tendidos ya que el agua se hizo presente de forma fuerte. Quizá no fue su tarde y todo quedó diluido en un silencio sepulcral.
Hoy ha habido más aplausos para las cuadrillas y así dos del castoreño fueron despedidos con aplausos: Héctor Vicente de la cuadrilla de Iván, Francisco Javier Sánchez de la de Aguilar y con los garapullos: Joselito Rus y Tito de las filas de Vicente, De la cuadrilla de Barrio: “Jarocho” y Alberto Zayas.
Con esta corrida da comienzo la semana torista de la feria, quitando como es obvio la corrida del miércoles en que se celebra la tradicional corrida de Beneficencia.
Fotos: Muriel Feiner |
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