Ficha del Festejo

Hoy hemos llegado, sanos y salvos, al último festejo de este tan largo serial de San Isidro 2016. Hoy echaba el telón la más importante feria del mundo y también la más larga del planeta de los toros. Con los legendarios toros de Miura, ganadería fundada en 1869 por D. Antonio Miura, es decir allá por el siglo XIX.

Dada su fama hoy se desplazaron hasta las plaza de Las Ventas del Espíritu Santo más allá de veinte mil almas, que casi llenaron las dependencias del coso, apenas quedarían entradas en taquilla, ya que apenas vimos un poquillo de calvas en las Andanadas solaneras, es decir la ganadería tenía mucho tirón, también en el cartel había dos toreros muy queridos por los aficionados madrileños como son: el murciano Rafael Rubio “Rafaelillo”, el leonés Javier Castaño y completaba la terna el gaditano Pérez Mota, el menos fogueado en estas lides.

Una vez más y en su localidad de la meseta de toriles, El Rey Emérito D. Juan Carlos, acompañado de su hija la Infanta Elena. La terna brindó a D. Juan Carlos sus primeros toros; nada más aparecer por el vomitorio fue fuertemente aplaudido, así como en cada brindis. Así mismo al terminarse el paseíllo, los aficionados en pie ovacionaron a Castaño que saludó muy agradecido desde la primera raya.

El Rey Emérito, la Infanta Elena y su hija también llegaron al final de la feria

Para ser el cierre del serial las cosas presentaban un buen augurio, y la verdad es que este último festejo resultó muy entretenido, tanto por lo que dieron de si los pupilos de los hermanos Miura, como por la actuación de Rafaelillo y también por la de Castaño.

Los toros de Miura, en su línea de su propio encaste, altos y zancudos, con sus pitones característicos y también sus pelajes, para mí el único pero fue sus demasiados kilos sobre su lomos. Hubieron dos toros de alta nota como fueron el quinto y sobre todo el sexto que fue tres veces al caballo y cada vez de más lejos, la tercera casi se arrancó desde los mismísimos medios, metiendo la cabeza por debajo del peto y empujando con bravura, hacía mucho, pero mucho tiempo, que eso no se veía en este coso, tras las puyas el toro y el del castoreño fueron ovacionados, ya veremos lo que nos dirá en su sección nuestro compañero José Luis. El peso medio en la romana fue de 597 kilos.

Rafaelillo al natural en su primero

De la terna yo destacaría la actuación del murciano Rafaelillo, ante su primer toro, tuvo que correr turno ya que el titular fue devuelto a los corrales. Saliendo el cuarto en su lugar y que pesó la friolera de 605 kilitos; el de Murcia escuchó la primera y cerrada ovación al lidiarlo magníficamente con el percal, así escuchó con la franela otras tres ovaciones, tras cada muletazo por naturales, la quinta ovación llegó tras un forzado largo muy largo, pero tan magnifica faena de alta profesionalidad la emborronó con los malditos aceros y todo quedó en una ovación más. El cuarto fue un sobrero de Valdefresno, acochinado de hechuras, serio sin cuello al que le pesaron los demasiados kilos. Inició labor con la pañosa por doblones lentos cuidando al voluminoso animal, que por el pitón izquierdo apenas se dejó y por el contrario, se tragaba los dos primeros pases, luego echó la cara arriba, a este cochinillo animal sí que le metió la mano dejando una estocada entera arriba despenándolo de un certero descabello. Silencio en los tendidos.

Javier Castaño saludó por delantales a su segundo miura

No me gustó el segundo de la tarde, primero del lote de Javier Castaño, primero por su poca fuerza y luego porque se defendió de principio hasta el final, pese a tan desigual forma de embestir, Castaño, estuvo muy aceptable por ambos pitones, por ello hubieron palmas; lo malo llegó con la espada verdadera, primero un feo miti-saca, un pinchazo, una media, atorándose con el verduguillo. Silencio. Algo escurrido de carnes, eso sí con cara, pero faltándole las fuerzas fue el quinto. Lo saludó con cuatro delantales de buen corte y de remate, la servilleta. Cogió los trebejos y sin probaturas lo hizo por derechas, eso sí a media altura, lo mejorcito de la tanda fue el forzado de remate, por el otro pitón el burel se volvía en un palmo de terreno buscando los muslos del matador, la afición reconoció su quehacer y le aplaudió con fuerza. Entró a por uvas en la suerte natural, dejando tres cuartos de estoque algo delantero pero de mucho efecto. Ovación con saludos.

Pérez Mota con la diestra en el último

El primer toro de Pérez Mota sacó genio y no era fácil estar delante de él y el de Cádiz falto de experiencia se las vio y se las deseo en apurillos ante el Miura, al que mató de una estocada entera pero baja, usando el de cruceta con acierto. Silencio. Un buen toro fue el que cerró corrida y feria. El animal se arrancó raudo a la cabalgadura en sus tres encuentros, siendo el tercero casi desde los medios, metiendo la cara bajo el peto y empujando metiendo los riñones. El gaditano se vio desbordado por el talante del de Zahariche y se le fue un buen toro; que si hubiera caído digamos en las manos de Rafael Rubio, hubiese sido un dulce para el de Murcia.

Hoy también hemos visto hacer bien la suerte de varas a cargo de José Valdeolivas y Francisco Vallejo de la cuadrilla de Pérez Mota. Saludó tras parear estupendamente el miembro de la cuadrilla de Rafaelillo, José Mora que fue ovacionado. Fernando Sánchez tuvo que saludar montera en mano tras poner dos pares de aretes en todo lo alto del morrillo, el de plata pertenecía a la cuadrilla de Castaño y finalmente fue aplaudido Raúl Ruiz de las filas de Pérez Mota.

Y así trascurrió el último festejo del maratón isidril del presente año. Menos mal que un año más hemos podido cumplir con nuestro compromiso y de momento me despido hasta el próximo domingo día doce.