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El diestro nacional Andrés Roca Rey es el primer torero peruano en obtener dos Escapularios de Oro del Señor de los Milagros como mejor torero de la presente feria. La historia de la feria data de 1946 y toda ella sólo un torero había ganado dos Escapularios seguidos, en 1969 y 1970 el madrileño Ángel Teruel, hasta hoy que el torero de casa Andrés Roca Rey ha obtenido por segundo año consecutivo el más preciado trofeo en el mundo taurino americano; es la presea o galardón máximo que un torero nacional ha obtenido seguidamente en dos ferias, la del 2015 a cargo de Citotusa y la del 2016 a cargo de Casa Toreros Consorcio Perú. Pero la anécdota no queda ahí solamente, porque los peruanos que han obtenido dicho Escapulario han sido en 1973 Rafael Puga, en 1991 Freddy Villafuerte, en 1992 Pablo Salas, en 1997 Rafael Gastañeta y en el 2015 Andrés Roca Rey. Que orgullo el nuestro tener a un joven salido de las canteras de Acho para ir a España y triunfar, regresar como un ídolo máximo a Lima para triunfar, y de qué manera, metiéndose la gente como él como lo que es, un verdadero líder que mueve masas, los taurinos de pláceme y en medio del loquerío gritando torero! Torero! Torero! Luego gritos no taurino Perú! Perú! Perú! En resumen se cortaron siete orejas: Roca Rey, cuatro; Manzanares, dos; y Morante de la Puebla, una. La tarde llena de gloria, el Sol radiante y las graderías de la Plaza de Toros de Acho a reventar, algunos pequeños claros en el Tendido 1, pero los de Sol estaban llenos hasta la bandera, ni entraba un alfiler en los asientos altos el delirio era absoluto. La banda de músicos interpretaba los pasodobles uno a uno y luego las marineras hacían estremecer los viejos machones del coso rimense cuando los tres matadores estaban toreando.
Morante de la Puebla, oreja y silencio
José María Manzanares, palmas y dos orejas
Andrés Roca Rey, dos orejas y dos orejas.
Manzanares y Roca Rey paseado a hombros en Plaza de Acho La tarde se inició con el paseíllo con alguacilillos y caballos peruanos de paso, que rompieron en ovación al término del mismo. Partió plaza Morante de la Puebla, trajeado de lila y azabache, pero en conclusión tuvo una de cal y otra de arena. En su primer ejemplar, un pupilo de hermanos García Jiménez realizó una faena muy jaleada, con lances impregnados del sello particular de Morante, al que le ejecutó muletazos con su aroma de torero y al que le cortó una oreja. A su segundo en el lote que le tocó en suerte no tengo mucho que reseñar con el percal, pero tiene muletazos aislados que torea primorosamente y esos destellos son apaulados, estuvo con su corte de torero gitano, pero sólo se limitó a oír el sonido del silencio.
Por su parte el diestro alicantino José María Manzanares hijo del diestro del mismo nombre, al que Lima le rindió pleitesía taurina y que obtuvo cuatro escapularios. A su primero lo recibió con templadas verónicas que fueron largamente jaleadas, después de la suerte de varas y la colocación de banderillas, el torero de Alicante realizó una faena corta pero con hondura, el animal se quedaba corto, y se puso pesado con la espada, por lo que oyó palmas. Con el que hizo quinto Manzanares estuvo inmenso, exuberante y desbordante en el repertorio de, mientras que el viejo adagio se logró cumplir en el quinto toro “No hay quinto malo” y de esa manera se destapó el cofre con la esencia del toreo bueno, de ese que se ve en pocas oportunidades, torero lento, templado, ligado y con ese arte depurado de los bendecidos para ser figura, con ese toro cortó las dos orejas. Otra vez Andrés. Que puedo escribir de un torero peruano al que lo he visto desde niño en tentaderos. Lo hemos visto torear en España alternando con las figuras y saliendo por la puerta grande de diferentes plazas de toros hispanas, aclamado ya en España como ídolo de multitudes, donde la tauromaquia ver reverdecer al torero valiente, a ese que tarde a tarde se juega la vida en cada muletazo, consiente o inconsciente, pero del que los aficionados a la tauromaquia quieren y esperan. Variado de capote y muleta, comprometido siempre en medio de los pitones de los toros y pisando los terrenos difíciles que el peligro asecha. Pero ahí es donde se ven a los toreros, y Andrés es uno de los privilegiados. Dos orejas en el tercero y otras dos orejas en el que cerró plaza. El público se quedó a aplaudir la salida en hombros de los dos toreros Manzanares y Roca Rey, al cierre de ésta edición el Jurado Calificado dio por ganador del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros a Andrés Roca Rey y el Escapulario de Plata al toro “Veraneante” herrado con el número # 46, de la ganadería Hermanos García Jiménez de España, al que le dieron la vuelta al ruedo.
Apostillas.- Dennis Castillo se volvió a desmonterar y César Caro pegó un puyazo. Fue cogido sin consecuencias el matador Andrés Roca Rey. Los letrero anunciaron y agradecieron los 250 años de Acho.Morante de la Puebla toreando con la mano izquierda José María Manzanares toreando con la derecha Andrés Roca Rey mostró su calidad Roca Rey en un vistoso cambiado por la espalda La estocada de la feria, a cargo de José María Manzanares Fotos: Rafael Morán
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