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Ficha del Festejo
Con una corrida de rejones ha tenido lugar la décimo séptima del abono, que ha sido un gran espectáculo ecuestre tanto por el muy buen comportamiento del ganado como la presencia de dos grandes rejoneadores que han hecho las delicias de los amantes de este tipo de festejos; la plaza con más de los tres cuartos de entrada, rozando el lleno y con otro público del que normalmente acude a las corridas de a pie, disfrutaron muchísimo en tarde gris y con una temperatura agradable amenazando lluvia que apareció cuando la corrida tocaba a su fin.
En hombros los dos caballeros Hay varias cosas a destacar, lo primero el comportamiento del ganado muy propicio para el tipo de festejo como el de hoy, perteneciente a los tres hierros que posee el maestro Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea”: Carmen Lorenzo, San Pelayo y Capea, todos ellos con procedencia Murube y criados en el campo charro que propiciaron el triunfo de los dos caballeros rejoneadores, Diego Ventura y Leonardo Hernández en un reñido mano a mano, a los pupilos de Pedro les cercenaron cinco apéndices; tres para Ventura y dos para Hernández, los dos y con muchísimo mérito abrieron de par en par la Puerta Grande del coso madrileño. Toda esa gran asistencia salió más que satisfecha y contenta de esta la tercera corrida de rejones.
Diego Ventura en corto y de frente con la banderilla Del caballero rejoneador lusitano afincado en la Puebla del Río no me ha sorprendido su estupendo quehacer ya que es un excelente jinete y rejoneador, que con la salida en hombros que por décima cuarta vez lo consigue en la capital del reino, lo que si me ha llamado y muy mucho el cambio de comportamiento en esta tarde, en que primeramente le hemos visto, más asentado, más serio y menos histriónico que en sus anteriores comparecencias, eso habla mucho en su favor. Ante el toro que abrió plaza de nombre “Veleto” con 563 kilos y marcado con el hierro de Dª Carmen Lorenzo, estuvo muy bien con el rejón de castigo, enceló y templó con la cabalgadura en el tercio de banderillas consiguiendo agradar al público, más aún con las tres cortas al violín, tras las cuales se descaró haciendo el teléfono. Mató de un certero rejón de muerte, pie a tierra para ver morir a su oponente y la primera oreja de la tarde. “Mercenario” se llamaba su segundo, con 589 kilos y con el hierro del Capea, en ese bóvido estuvo cumbre arriesgando mucho pero haciendo todo lo que se le puede hacer a un toro, lo toreó desde el caballo le cambió los terrenos, quebró en la cara del burel, clavó las banderillas reunidas en el morrillo, muy bien con la corta, el par a dos manos llegó a los aficionados que le dedicaron una gran ovación y más aún al matar de un certero rejonazo muriendo el toro sin puntilla y las dos orejas para el caballero. “Navajito” de nombre el quinto, con 536 kilos sobre sus huesos, toreó muy cerca de la cara del toro encelado en la cola de la cabalgadura ya que el animal se fue parando pronto, pero fue meritorio su quehacer. Lo malo fue el pinchazo con el rejón de muerte, sumó un rejón más, teniendo que echar pie a tierra y finiquitarlo con el verduguillo al primer golpe.
Leonardo quebrando en banderillas Una gran actuación tuvo Leonardo Hernández ante “Caracol”, citando de lejos y llevarlo toreado con la cola del equino, la mayoría de los palos al estribo y citando en corto, un par de banderillas completando con la rosa en todo lo alto, se lució él y sus cabalgaduras. Terminó con el buen animal de un rejón entero que hizo pupa, descabalgó para ver morir a su oponente, pañuelos al viento y cae el trofeo en sus manos. También aparecieron pañuelos en el cuarto tras su actuación ante “Esmeralda” que clavó tres banderillas cortas al violín que enardecieron a los paisanos, más aun con el desplante sobre los pitones del de Carmen Lorenzo, con otro rejonazo mató al animal, si aparecieron pañuelos blanco pero no de forma mayoritaria. Ovación con saludo. 569 kilos tenía el sexto y de nombre “Bocinero” al que toreó muy bien llevándolo prendido en la cola del equino, rejón de castigo en lo alto, banderillas al quiebro en la misma cara del morlaco, un par a dos manos de poder a poder, una corta en todo lo alto; su actuación fue de menos a más llegando y gustando a toda la concurrencia, creo que estuvo mejor que en el primero de su lote. Con el rejón de muerte acertado y dejándolo en excelente sitio, pie a tierra para utilizar el estoque de cruceta, con el terminó su actuación que el público premio con una oreja.
Los dos caballeros en plaza en hombros por la Puerta Grande. Felicitaciones al ganadero por haber mandado un buen encierro.
Fotos: Plaza 1
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