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La tarde ha sido sencillamente para olvidar… O no, quizás para recordar y no volver cuando veamos anunciados estos toros en el cartel. Nosotros seguimos creyendo que el toro es el protagonista de la fiesta, pero mientras quien lo cría y selecciona no entienda este sentimiento, el problema no tendrá solución. Es increíble que con más de un centenar de toros lidiados en lo que va de feria podamos enumerar con una mano los que han embestido. No me vayan a decir que esto es fruto del azar. ¡No!
Esbelto fue el primero de la tarde, colorao chorreao, un cinqueño poco aparente. Manseó de salida en el capote de Galdós. Absurda fue la suerte de varas, primero por el toro que no se empleó y después por el interés del picador en cuidarle. Boyancón en banderillas se dejó. Pronto le salió la malagana a la hora de embestir. En la inercia se tragaba los muletazos. La falta de fuerzas le hacía sacar la cara por arriba, no se entregaba. Muy acabado llegó a la mano izquierda. Noble, que fue y vino, sin crear emoción.
El segundo era castaño de capa y capirote, falto de cuajo y por lo tanto de seriedad, de nombre Jopilargo. Se empleó en el capote de Manzanares. Metió riñones empujando en el caballo del que salió suelto en las dos entradas, cumplió en varas y se dejó en banderillas. Sin motor llegó al último tercio, no pudo con su alma. Un muerto en vida, sin casta ni poder. Pitado como varios de sus hermanos.
Nobiliario hizo tercero, colorao, listón, ojalado. Protestado por su falta de trapío, de poco cuello, hondo o barrigón, quizás lo segundo. Fue repetidor en el capote de Cayetano. Protestó y se repuchó en la primera entrada y se dejó en la segunda. Alegría mostró en banderillas. Pastueño fue en el inicio de muleta, repetidor. Pronto dio la piel, no aguantó, decentemente, dos tandas. No dio juego, inválido para la lidia.
Bien armado el cuarto, de nombre Longaniza, cinqueño y fino de cabos. Templado en el saludo, fue acortando el viaje. Protestó en el caballo después de arrancarse con prontitud en ambos puyazos. Fue franco en banderillas. Con poco motor llegó a la muleta de Manzanares, sin poder entregarse por la falta de fuerza. Otro inválido. También escuchó música de viento al arrastre.
Náufrago metiendo bien la cara Náufrago era el quinto, un remiendo de Juan Manuel Criado, rezábamos para que se cumpliera el adagio, la tarde era una ruina. Más basto que los titulares, pero más toro, con cuajo y morrillo. Repitió en el capote y sólo se dejó picar sin recargar. Noble, pero un punto tardo en banderillas. Acudió pronto y se desplazó con temple y recorrido al iniciar el último tercio. Fue muy noble y dulce en la muleta de Cayetano. Una malva que cada vez más se fue pareciendo a sus congéneres de cartel, pese a eso, fue el mejor de la tarde, brindó veinte arrancadas para sentir el toreo.
El sexto, Canalla de nombre, zancudo, de poco remate, negro salpicado y algo cuesta arriba. Fue brutote en el saludo de Galdós, echó las manos por delante. Protestó en el caballo con saña, dejando claro su falta de bravura. Tardeó en banderillas por su falta de casta y fuerzas. Se cumplió lo que se esperaba, el juanpedro se agarró al piso y no brindó a Galdós más de cinco arrancadas. Despachó el mínimo que se sirve como toro bravo. Sin fondo, hoy dicen durabilidad.
Descansemos…
Foto: Plaza 1
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