Juan del Álamo triunfó en su presentación en Pontevedra
Juan del Álamo firma una importante actuación con el lote más propicio, pudo obtener mayor botín de no marrar con los aceros. Ambicioso, sin ninguna renuncia, toda la tarde.
Ruido de sables de fondo en el cartel que ponía broche a la feria. Álamo y Ginés Marín triunfadores del último San Isidro, junto con Álvaro Lorenzo, uno de los toreros de nueva hornada con más proyección.
Dos toros de gran nota de Santiago Domecq.
Bravo, encastado y codicioso el que abría función. Se movió pero sacó genio el segundo. Sin fuelle el desrazado tercero. Bravo, con fijeza y fondo el jabonero cuarto. Rebrincado y parado el quinto. Se defendió el flojo sexto que cerraba feria.
Dos largas cambiadas de rodillas, como tarjeta de visita, dejó Juan del Álamo, con el primero. Conectó desde su saludo capotero con el receptivo público pontevedrés. Variado tanto en el galleo por rogerinas para dejar en suerte al caballo, como en el posterior quite por chicuelinas en el hubo ajuste. Peleó bien en el peto, como casi toda la corrida, llegó con mucho poder a la muleta, quizá algo crudo se quedó el toro. "Levantisco", cortito de manos pero bien armado por delante, tuvo muchas virtudes, bravo, encastado, y codicioso. Se quiso comer la muleta que le puso por delante Del Álamo. El torero farinato principió la faena toreando en los medios de rodillas, una tanda completa. Humilló y con recorrido el toro, que sacó carbón, gasolina de 98. Pedía un torero firme delante y lo tuvo. Del Álamo corrió bien la mano, engarzando los muletazos, sometiéndolo por abajo, sobre la diestra. Faena con emoción y bien estructurada. Dejó buenas tandas al natural en las que hubo trazo largo y mando. Mató de una estocada casi entera y tendida, tras pinchar en el primer envite.
Se estrelló en el burladero el segundo, se lesionó de los cuartos traseros. Fue devuelto a los corrales.
El sobrero, un toro alto de agujas, empujó en el peto con la cara abajo. Se movió en el último tercio pero con genio, soltando siempre la cara al final del muletazo. Álvaro Lorenzo se mostró firme y con las ideas claras, le buscó la vueltas. Destacó una tanda al natural en el tramo final, dentro de un conjunto de largo metraje. Deficiente con la tizona, dejó una estocada entera y caída tras dos pinchazos.
Duró un suspiro el tercero, se vino abajo en la segunda tanda en la muleta. Ginés Marín sin opciones solo pudo mostrar ganas de agradar, en un traseo sobre la diestra. Inapelable el volapié, dejó una estocada hasta las cintas.
Le volvió a sonreir la fortuna a Del Álamo en el cuarto, un toro jabonero ancho de pechos y con cuajo. Toreó al ralentí con el capote, por momentos, dibujando unos delantales de bella factura. Todo se lo hizo por abajo el charro, faena de menos a más, en la que administró bien los tiempos y las distancias, compacta faena y con ritmo, en la que hubo temple y ligazón. "Tedioso" tuvo prontitud y fijeza en la embestida, embistiendo por abajo, tuvo fondo. Tras pinchar en su primer intento, dejó una estocada entera y tendida.
Buena brega la de Puchi en el quinto, un toro que llegó a la muleta rebrincado y ayuno de clase en la embestida. Tardo, le costaba tomar la muleta de Lorenzo, le tuvo que llegar mucho para provocarle la embestida. Voluntariosa porfía del toledano pero sin opciones de lucimiento. Metió la mano con habilidad, la estocada resultó atravesada en su colocación.
Con una larga cambiada recibió Ginés Marín al sexto. Principió la faena por estatuarios. Flojo y parado, sin apenas recorrido, no se encontró a gusto Marín. Recurrió al arrimón, dando paso a un repertorio heterodoxo y populista, resultó vulgar. Dejó una estocada entera tras pinchar.