Fernando Roca Rey dando la vuelta al ruedo de Acho, cortó oreja

El diestro nacional Fernando Roca Rey, hermano mayor de Andrés (figura máxima de la coletería mundial) retornó al albero del Rímac y su actitud como torero en todo momento fue de entrega desde que recibió a su primer enemigo a portagayola (es decir en la puerta de toriles, por donde salen los toros de los chiqueros), estuvo alegre y vistoso en la ejecución de las banderillas, así como estuvo muy pausado en el trasteo que tuvo con la pañosa, dejó ver su amplio conocimiento y dominio de los terrenos y distancias entre el toro y su arte escénico en el ruedo, por ello en el primer toro se limitó a escuchar una sonora ovación que salió a recibirlo en los tercios. Con el toro que hizo como segundo de su lote, estuvo muy ganoso de palmas y lanceó a la verónica y elevó la temperatura de la plaza con los garapullos en medio de una estruendosa marinera, posteriormente metió mucha intensidad toreando con la muleta en varias series que calaron pronto en los aficionados que ayer asistieron a la Plaza de Acho, llegó a torear de rodillas a mitad de faena por derechazos. El estoconazo recetado fue colofón a un buen trasteo que se premió con una oreja.

Joselito Adame en momentos lucidos con la derecha

El matador Joselito Adame perdió sendos triunfos por el mal manejo del acero que le privó de algún triunfo en su primero toro, al que prolongó con una faena de valor e intensidad, llegando en algunos momentos dejar la mano baja en cada muletazo, pero pinchó para retirarse en medio del silencio. Las opciones que ofreció el segundo de su lote no permitieron alzar vuelo a su labor. Poca suerte tuvo Adame en esta tarde, un toro para olvidar en la historia.

Juan Del álamo cortó un apéndice en la Feria Limeña

El torero hispano Juan del Álamo presentó en Acho su firme y recio toreo castellano, los mismos que fueron recibidos con muchísimo gusto por el respetable que llenó más de medio coso. Con su primer toro tuvo poca tela que cortar y, aunque le buscó las vueltas, no encontró material necesario para estructurar una faena y abrevió sin mayor lucimiento y el silencio fue su premio cimarrón. Cortó una oreja al toro que cerró plaza, un ejemplar notable que envió el ganadero Aníbal Vásquez en el lote escogido y al que toreó muy relajado, dejando ver por qué fue triunfador en la Plaza de Las Ventas de Madrid éste año. Con buenos y destacados muletazos al toro del cierre, supo calibrar la embestida del burel y explayándose estéticamente con mucha torería caló en los tendidos de la plaza. El emocionante cierre con manoletinas y una estocada en todo lo alto, que resultó entera coronó la faena premiada por la concurrencia, y el triunfo del torero español.