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Con más de media entrada se han lidiado toros de Victorino Martín, nobles en conjunto, sobresalieron el encastado tercero y la nobleza del cuarto; el peor el quinto.
Curro Díaz, ovación y oreja
Daniel Luque, ovación y silencio
Emilio De Justo, oreja y ovación.
Curro Díaz paseó un trofeo tras hacer vibrar la plaza con su toreo La tarde era emotiva por el recuerdo y el homenaje que se le brindaba al ganadero Victorino Martín Andrés. Sus toros debían poner el resto para que el festejo tuviera altura y, siendo sinceros, se quedó a medio camino, pero permitió que toros y toreros nos ofrecieran un buen ramillete de momentos para recordar.
A los toros, desiguales de comportamiento, les faltó fondo pero tuvieron nobleza y fijeza para que pudieran confiarse los toreros, a excepcíon del quinto que le volvió loco a Luque. El picante, léase casta, del tercero propició el que Emilio de Justo nos mostrara también su casta; la clase del cuarto, aunque embistiendo a media altura valió lo suficiente como para que aflorara la clase de Curro Díaz. En esos dos astados, y sus matadores, se sostuvo la tarde.
Los muletazos del linarense a su segundo calaron en los tendidos como hacía tiempo no habíamos visto. Una serie al natural, acompañada de los remates de la casa, plenos de buen gusto, pusieron la plaza en pie. La estocada ligeramente baja estropeó la obra que había sido de esas que nos pone la miel en los labios. En el primero estuvo entregado pero la flojedad y sosesía del animal impidió mayores logros.
Daniel Luque recibió con buenas verónicas a su primero, siendo eso lo mejor de su actuación. Una ovación a la discontinua faena. Luqe no estuvo mal con el que pudo y estuvo mal con el que no pudo.
Había ganas de ver a Emilio de Justo tras sus éxitos recientes en Francia. No defraudó. Muy dispuesto y entregado con su encastado primero, al que cortó una oreja tras una estocada a ley, y voluntarioso con el sexto que tuvo mayores dificultades.
En resumen: Recuerdo al gran ganadero, toros con comportamiento variado, pero de toros, y toreros en las tres gamas: Con clase, con oficio y con ganas. No se puede pedir más en este aperitivo de la temporada en Madrid.Emilio de Justo paseó con todo merecimiento otra oreja Un minuto de silencio se guardó en memoria del ganadero Victorino Martín Andrés estuvo presente toda la tarde en el recuerdo Fotos: José Luis Bautista
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