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Con un cuarto de entrada se han lidiado novillos de Guadajira, de distinto juego.
Jesús Chover, silencio en su lote
Alejandro Fermín, vuelta tras aviso y palmas
Pablo Mora, silencio y vuelta. Pablo Mora cerró el festejo con esta vuelta al ruedo. También la dio Fermín
Los novillos de Guadajira con procedencia Marqués de Domecq, dieron juego más que suficiente para que el público lo pasara chupi, por lo menos cinco de los seis que formaban el encierro, fueron aplaudidos camino del destazadero, solo el que saltó en cuarto lugar fue silenciado, eso dice mucho del hierro de D. Ángel Muñoz Becerra su criador. Bien presentados, con los kilos justos, armaditos para su edad, todos acudieron a las cabalgaduras, encelados y romaneado, es decir con casta y hasta con cierta bravura.
De los tres chaveas, dos dieron la vuelta al ruedo y estos fueron: el cacereño Alejandro Fermín y el madrileño Pablo Mora, se silenció en su lote al valenciano Jesús Chover, pero creo que los tres tienen mucho futuro por delante cuando toreen más y si no tiempo al tiempo.
Abrió plaza Jesús Chover que se fue a la puerta de los sustos para saludar a su antagonista, lance que salió limpio, ya de pie unas verónicas de buen estilo, tras el remate con la media, los parroquianos batieron palmas, como también las hubieron en el tercio de banderillas en que pudo lucirse el chaval; como también se lució con la franela en el último tercio, toreando en redondo y de muy buen son con los naturales, tampoco estuvo manco a la hora de matar, tuvo una buena actuación. Ante su segundo los saludó con una larga cambiada de hinojos con valentía. Buena factura tuvieron los redondos diestros que agradaron al respetable como también gustaron los naturales; quizás el fallo con los aceros le impidió aspirar a trofeo.
Uno de los buenos utreros fue el segundo del encierro al que Alejandro Fermín lo recibió con una larga cambiada rodillas en tierra, variado con el percal; tampoco estuvo mal con el trapo rojo toreando por ambos pitones, destacando los naturales de excelente caligrafía a más fue por ese pitón escuchando una ovación, con la otra mano cuatro muletazos buenos, el cacereño si sabe de lo que va esto, como colofón bernadinas apretadas que llegaron a los graderíos siendo ovacionado. Al matar se volcó dejando una estocada entera un pelín trasera, descabello certero, aparecieron pañuelos pero la autoridad no se dio por enterada y todo quedó en una vuelta al anillo. El quinto era el más pesado del encierro pero con poca fuerza. El de Cáceres tiene muy buenas maneras toreando por ambos pitones, hay que destacar un circular de 360º que gustó a los presentes. Fue una pena que fallara con los aceros, porque de seguro pudo haber trofeo.
Con unas verónicas mecidas saludó Pablo Mora al tercero de la noche, como también se dobló bien al inicio de faena, mejorando su quehacer con la mano diestra, no así con la zurda en que bajó unos peldaños, tiene una virtud y es que sabe colocarse delante de la cara de su antagonista. Con la espada dejó una estocada entera en buen sitio, pero le hizo falta la espada de descabellar, eso sí certero. Las ganas no le faltaron en el último de la noche, de entrada enjaretó dos largas cambiadas con las dos rodillas en tierra como saludo. Bueno fue el inicio de labor con la muleta, como también fueron los derechazos yendo a más su quehacer por ese pitón, gusto tiene con la mano zurda, nos demostró que puede funcionar en esta difícil profesión. Para terminar labor lo hizo por manoletinas que gustaron a la poca feligresía. Mato de una estocada que penetró dos tercios en el lomo del utrero que fue suficiente. Una nueva petición pero no mayoritaria y el de Moralzarzal dio una sentida vuelta al ruedo.
De las cuadrillas, destacó el del castoreño Francisco Plazas, picando al tercero y los rehileteros Raúl Ruiz y Rafi Goria, de la cuadrilla de Pablo Mora.
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