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Con un tercio de entrada, se ha lidiado novillos de Antonio San Román, bien presentados y manejables. El rejoneador Víctor Losa, oreja José Manuel, ovación y oreja tras aviso Juan Carlos Benítez, oreja tras aviso y dos orejas. Entretenido festejo en la localidad segoviana de Prádena. Los novillos de Antonio San Ramón con cuajo, desarrollaron nobleza y se movieron, aunque algunos se rajaran en el último tercio. Abrió la tarde el joven rejoneador de Villarobledo Víctor Losa. Tuvo una buena actuación con un novillo noble, aunque algo parado, acusó el segundo rejón de castigo. Losa clavó arriba y con seguridad tanto con los rejones de castigo como con las banderillas. Desigual con el rejón de muerte. El novillero murciano José Manuel mostró que tiene el oficio bien aprendido y sabe lo que tiene entre manos. En su primer turno, con un novillo que empujó bien en varas, compartió las banderillas con su compañero de cartel Juan Carlos Benítez, vistoso y variado tercio. Dejó buenos momentos sobre el pitón derecho, el de más posibilidades, aprovechando las nobles embestidas del novillo. Corrió bien la mano, dentro de un conjunto que tuvo ritmo y ligazón. Lo intentó al natural, pero por ahí la tomaba de forma más descompuesta. Hizo guardia la estocada. En su segundo turno, tras una desordenada lidia, firmó un trasteo sin respiro, nuevamente se mostró como un novillero muy placeado. José Manuel remató la faena con unas bernadinas antes de dejar una defectuosa estocada, en la suerte de recibir. Buena impresión dejó Juan Carlos Benítez, novillero con desparpajo, conecta bien con la gente, y dejó patente sus buenas maneras frente a los novillos. En su primer turno, tras recibirlo con una larga cambiada, lo lanceó con cadencia por delantales. Un novillo que se rajó al salir de la pelea con el caballo, pero que sin embargo repitió en su embestida con nobleza. Benítez acertó a dejarle la muleta siempre en la cara. Buenos pasajes tanto con la diestra como al natural, tras unos circulares en el tramo final dejó una buena estocada.
Con el que cerraba plaza, un animal tardo y algo reservón, pero que luego tomaba bien la muleta, lo entendió bien, dándole su tiempo y sin apretarle. Suavidad y temple en una faena bien hilvanada, pulseó las embestidas. Buenas estocada.
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