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Con media entrada se han lidiado toros de El Parralejo, nobles en conjunto.
Curro Díaz, ovación y oreja
López Simón, ovación tras aviso en ambos
Luis David, ovacióny vuelta.Foto archivo De bonitas hechuras y dividida en dos mitades según pesos, la corrida de El Parralejo ha resultado un dechado de virtudes para el toreo moderno. Solo un pero se le puede poner: tan noble ha sido que no ha transmitido y no todo lo que se les ha hecho ha llegado arriba, o si lo ha hecho no ha emocionado.
Pese a esto, la corrida ha tenido en términos generales prontitud, fijeza, recorrido, codicia suave y hasta casta. De muy buen tono el primero, el segundo que ha aguantado toda una lidia embistiendo con un tendón roto en una pata, el tercero de excelente condición y el sexto, el toro ideal para este tipo de toreo del que hablamos. A todo esto hay que añadirle una considerable falta de fuerza ¿La suerte de varas? Inexistente.
Curro Díaz ha sido el único espada que ha conseguido cortar hoy un apéndice a la noble corrida de El Parralajo. Ha sacado destellos y pinceladas de cartel en su primero pero ese toro ha acusado más que sus compañeros la falta de fuerza. Aun así, perdiendo las manos a veces, el toro se ha movido y a Curro le ha faltado una serie que hiciera crujir la plaza. En su segundo, el más agarrado al suelo del encierro, ha logrado embarcar y aprovechar el viaje, cuajar una faena en los medios al son del pasodoble, todo con ese estilo tan propio y tan deseado y esperado. Este ha sido el toro de la oreja.
López Simón se ha encontrado con el semi ínvalido segundo. Decimos semi inválido porque pese a la condición, se ha movido acudiendo siempre de largo y ha dado la pelea con clase. López Simón se ha metido en un mundo de pases por arriba y por fuera algo tropezados en incicio y ha terminado en encimismo que es como ha empezado, directamente, con el magnífico quinto. Se ha arrimado, quizás en exceso, y la pregunta es si no habrá terminado tapándole méritos al toro. En ese terreno ha sacado series tras mucho insistir para lograr el movimiento.
Luis David tiene, sobre todo, un repertorio de capote para enseñar en todas las ferias. Pero se le nota una tendencia a torear hacia a fuera e incluso a no torear y para esto los toros del festejo de hoy se daban a las mil maravillas. Ha matado recibiendo a su segundo y era casi seguro que le iba a cortar una oreja, pero la cruceta se le cruzó. La oreja se la pidieron, pero quizás no con demasiada fuerza.
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