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Novena novillada de la Temporada chica 2018, tercera de la
última etapa de Soñadores de Gloria. Tarde fresca y muy agradable, con unas dos
mil quinientas personas en los tendidos. Se lidiaron cuatro novillos de Maravillas, y dos de San Antonio de Padua (3º y 5º). En
conjunto conformaron una novillada muy dispareja de presentación, en la que,
quizás, tan solo el tercero de la tarde destacó en ese ámbito. El cuarto fue
fuertemente protestado por chico. En cuanto al juego también lo fueron: el
primero bueno, el segundo desclasado, tercero con sentido, cuarto sin
transmisión, quinto premiado con arrastre lento, y sexto deslucido. Actuaron
los siguientes novilleros: José
María Hermosillo (mató primero, tercero, y quinto): vuelta al
ruedo tras petición, silencio, y oreja con petición de la segunda tras aviso. Héctor
Gutiérrez (mató segundo, cuarto y sexto): silencio en los primeros
dos, y salida al tercio. Roberto
Román: herido. Saludaron en el tercio Christian Sánchez y Fernando García hijo tras banderillear
al tercero, y Diego Martínez por su
labor con los palitroques en el cuarto. Roberto
Román fue herido en la zona del recto intentando un quite con
el primer de su lote. El parte médico es el siguiente: Foto archivo Tras romper el paseíllo, los
profesionales dieron una vuelta al ruedo con mantas en protesta contra el
enésimo intento del Partido Verde de prohibir los toros en la capital.
Momentos muy intensos de Hermosillo. Foto: La Plaza México Los tres hidrocálidos
punteros mostraron tremendos contrastes en sus actuaciones este domingo en La
México, ante los novillos de Maravillas y
San Antonio de Padua. José María Hermosillo, quien se había
quedado atrás ante los triunfos de sus alternantes, exigió su sitio. Héctor Gutiérrez lució frío y monótono,
mientras que a Roberto Román le pasó
factura su verdor, tope natural de su enorme capacidad en desarrollo.
Hermosillo,
primer espada, construyó su actuación apenas abrirse de capa. Emocionó en las
tafalleras, soberbiamente rematadas con dos lances a una mano, a modo de
derechazos. En el último tercio conformó un buen trasteo, aunque de más a
menos. Hubo ligazón por ambos lados, aprovechando las emotivas embestidas del
que probablemente fue el mejor novillo de la tarde. Marismeño –n. 125, 422 kg.– tuvo emotividad y recorrido por ambos
lados, fijeza y acometividad. No obstante, el novillo no fue un alma de la caridad,
pues terminó buscando al novillero, que por momentos se vio incómodo por esa
tendencia. Mató de tres cuartos de estocada, y dio una vuelta al ruedo tras
petición. Se mostró solvente en el novillo que mató por Roberto Román. A pesar de que aquel trasteo
tuvo mayor continuidad, y el novillo tuvo mejores condiciones, la labor más
rotunda fue con el quinto de la tarde. Campeador
–n. 109, 386 kg.–, fue el quinto novillo de la función y el segundo del
hierro de San Antonio de Padua. De
salida, y durante buena parte de la faena, el comportamiento de la res fue
informal, deslucido, y sin entrega. Poco colaboraba con la faena el ambiente
decaído que se vivía tras el percance de Román, y la concurrencia estaba más
bien distraída. Un pase de pecho, en redondo, templado, rematado hasta la
hombrera, fue el toque de atención. A partir de ahí la faena vino hacia arriba. Hubo calidad, transmisión,
e intensidad; buen toreo por ambos pitones. Por el lado derecho Hermosillo es
más proclive a la ligazón, en consecuencia, los pasajes más firmes y mejor
estructurados de la faena vinieron por ese lado. El toreo en redondo,
consintiendo pero obligando, conformó grandes pasajes, sobre todo cuando remató
cambiándose de mano por delante. Por el lado izquierdo tiene muchos problemas
para ligar, tal vez por cruzarse demasiado, y tomar la muleta un poco más allá
del centro del palillo. Sin embargo hubo buenos naturales, y podemos hablar de
una faena completa. Hacia el final acortó las distancias, y decayó un poco la
intensidad, aunque algunos detalles, como la arrucina frente al burladero de
matadores, sostuvieron el trasteo. Mató de estocada espectacular, pero tendenciosa y calada, y descabello para cortar
una oreja con petición de la segunda. Héctor
Gutiérrez lució frío, desangelado, mecánico, y sin transmisión a
lo largo del festejo. A su vez, le tocó echar pal ante con un lote informal y
deslucido. Sin embargo, pesa más la monotonía de sus formas y procedimientos,
que domina a la perfección, pero que parecen no ser lo suficientemente
flexibles para funcionar acorde a las condiciones de cada toro. Peluquero –n. 137, 443 kg.–, segundo de
la tarde, fue un novillo descompuesto, al que el hidrocálido no puedo meter en
la muleta. Hizo cuarto Platero –n. 120, 390 kg.–, protestado de
salida por su poco trapío, tal vez fue el mejorcito del lote, con el que tampoco
hubo acoplamiento ni transmisión al tendido. El cierraplaza, Platillero –n. 115, 397 kg.–, parecía
ofrecer un mejor panorama, pero desafortunadamente acabó por sosear, terminando
con las esperanzas de ver otra buena actuación de Gutiérrez. Roberto
Román lució atropellado y desordenado, al extremo de
desembocar en su bautismo de sangre intentado quitar. Salió a gustar, sin duda,
pero lo hizo cuando debió salir a observar, comprender, y sobreponerse a las
condiciones del que fue el novillo más complicado y grande del festejo. Recibió
por una variante de tafalleras con tijerillas, en las que Consultor –n. 106, 460 kg.– avisó por primera vez que no permitiría
florituas. En el quite por chicuelinas vino la voltereta, y tras de una pésima
intervención de la cuadrilla intentando el quite, se produjo la cornada en la
zona rectal. La lidia continuó caótica,
y destacó Fernando García hijo,
quien se presentó en esta plaza, por su eficacia, valor, y lucimiento en
banderillas, y saludó en el tercio junto con Christian Sánchez, quien, en contraste, cubrió el tercio solo con
lucimiento. Los novillos esperaban mucho en el segundo tercio, permitiendo
buenos momentos de los banderilleros, el maestro Adolfo Sánchez también saludó tras parear al primero, y más tarde
en el festejo consumó un quitazo a Gilberto
Aragón, que cayó en la cara del toro. Diego
Martínez hizo lo propio, sin duda uno de los mejores banderilleros con los
que cuenta nuestra fiesta. Es serio, es eficaz, es torero, y tiene un valor
tremendo. El próximo domingo
partirán plaza Francisco Martínez, Juan Pedro Llaguno, y Ricardo de Santiago con utreros de Monte Caldera.
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