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Visite nuestra ficha del festejo. Cuarta corrida, primera de la cuarta transformación, como el
presidente entrante ha tenido a bien bautizar a su proyecto político, o su
periodo, o a ambas cosas. En el ámbito taurino, todas las esperanzas estaban
puestas en el segundo Diego en partir plaza esta temporada, el de a pie, el del
gran triunfo de la temporada española, el maestro riojano de apellido Urdiales.
Se sucedieron tres oportunidades fallidas de iniciar la 4t, que finalmente se abortó. ¿Responsables? La corrida de Xajay,
criada por el empresario del coso, y que fue fiel a su nuevo sello de
descastamiento a carta cabal. Solo es destacable la presentación y lámina de cinco
de los seis toros. Diego Urdiales abrió plaza con Muñeco –n. 67, 563 kg.–, soso y
deslucido, además de débil. Urdiales tuvo una labor sobresaliente obligándole a
pasar, con ese temple, pulso, y exquisitez que lo caracterizan. Más que una
faena de olés rotos y pasajes emocionantes, fue una de silencios, una en la que
los siete mil asistentes a La México observaron con mucha atención los procedimientos
del de Arnedo. El maestro pudo gustarse por ambos pitones por breves lapsos,
transmitiendo valor además de la tremenda torería que le caracteriza. Mató de buena
estocada y saludó en el tercio. Es fotogenia, es sentimiento, es Diego Urdiales Los otros dos toros que mató fueron un auténtico
fiasco ganadero. Aun así, vaya momentos de empaque y torería que nos dejó
toreando por lances al cuarto de la tarde, Barbaresco
–n. 45, 493 kg. –. A este castaño le tuvimos más fe por su tipo, más
familiar a lo que siempre fue Xajay, y menos al fallido refresco Santa Coloma. Un
buen inicio andando fue el preludio a la cacofonía que significó ver al cornúpeta
abstenerse de embestir con recorrido, y levantar la cabezota para deslucir los
trazos. Menos que eso hubo con el quinto, al que Diego mató por el Payo, y del
que huelga recordar que se llamó Sevillano
–n. 34, 493 kg. –.
Le esperamos en febrero Octavio García El Payo viene con el santo de espaldas a esta Temporada
Grande. Estuvo artista y acertado bregando con el capote, sometiendo mediante
la suavidad al primero de su lote. No obstante, al segundo o tercer pase de su
labor, el toro le hizo un extraño, y le tiró tremendo derrote seco al pecho,
afortunadamente sin prenderlo. Tras de una sobrecogedora escena, con el torero
perdiendo el conocimiento como por tandas mientras era asistido, entró a la
enfermería y volvió al ruedo. Un par de muletazos de tanteo y a matar, sin éxito,
desencantando a la audiencia, que le aplaudió a rabiar cuando reapareció de
entre las tablas. Un aviso. El toro se llamó Don Rodolfo –n. 18, 518 kg. –.
Momento del percance del Payo Una vez más se llevó el gato al agua el
tlaxcalteca Sergio Flores. ¡Vaya
forma de meter al toro en los engaños! Intenso, apasionado, entregado, así es
el Jorongo, como le pusiera El Pana.
Con esa garra y determinación con la que hizo frente a las embestidas
descompuestas y saltarinas del tercero de la función, metió también al público
capitalino en su actuación. Para el último tercio, Silverio –n. 96, 511 kg. – rompió a bueno por el lado derecho, y Flores
se dio a la tarea de correr la mano por ese lado en buenas series, ligadas y
muy coreadas. No obstante, es necesario decir que Sergio luce también un poco
revolucionado y un tanto brusco en su toreo, al que le vendría de maravilla
algo de reposo. Falló con los aceros y salió al tercio para recibir rotunda
ovación.
Otro triunfo de Sergio Flores Cerró plaza Ganaderito –n. 88, 559 kg. –, un toro de mejor condición de sus
hermanos, más claro y franco, con el que Flores pudo gustarse en el primer
tercio. No obstante, tampoco tuvo el fondo suficiente para permitir una faena
que terminara por cuajar. Sin embargo el ascendente coleta tlaxcalteca lució
con trazos más reposados, siempre pundonoroso, con bonitos detalles y remates. En
esta ocasión sí toreó por el lado izquierdo, aunque es evidente que la suerte
al natural no es su fuerte, ni su expresión favorita, otro handicap al que debe poner atención para crecer como torero. Tras
de un pinchazo, mató de estocada entera, y se desató una petición mayoritaria
que desembocó en la premiación con una oreja por parte de Jesús Morales, que levantó cierta polémica en los tendidos.
Arrasador el "Joronguito" La próxima semana se correrá un encierro de Santa
Bárbara. Después de muchos años reaparece Antonio Ferrera en el embudo de Insurgentes, y le acompañarán Jerónimo y Juan Pablo Sánchez.
*Fotos: Luis Humberto García "Humbert".
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