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Con un tercio de plaza cubierta se han lidiado toros de Alcurrucén, de correcta presentación y juego variado.
Álvaro Lorenzo: Ovación y Ovación tras aviso
Luis David: Vuelta al ruedo y Ovación tras aviso
Pablo Aguado: Oreja y Silencio. Aguado feliz paseando el trofeo. Foto: Plazavalencia
El encierro de hoy llevaba el hierro de Alcurrucén, de los hermanos Lozano. Ha estado correctamente presentado, quizás un poquito por debajo de lo que debe exigirse en una plaza de primera, pero por estos lares nos están adoctrinando a que el toro de Valencia debe ser un toro un puntito más que el sevillano, es decir, terciadito pero sin terminar de cuajar, y asi nos va, puesto que el listón respecto a la presentación de los astados cada vez es menor. Por lo que hablábamos de los de Alcurrucén, han tenido movilidad pero no han estado sobrados de bravura, pecando alguno de ellos de cierta sosería, aunque en su conjunto han sido manejables.
Pablo Aguado ha tocado pelo en el tercero, un toro protestadísimo de salida puesto que arrastraba los cuartos traseros. El Sr. Presidente ha apostado por mantener al animal en el ruedo y ha acertado de lleno. Aguado ha podido mostrar su buen concepto del toreo especialmente con la mano izquierda, cogiendo la muleta desde la punta del estaquillador, sintiéndose, con frescura y naturalidad, siendo la faena muy del agrado del aficionado. Tras la estocada se le ha concedido una merecida oreja.
Ante el sexto, el de mayor volumen, 620kg, y al que le han dado de lo lindo en el caballo, ha mostrado de nuevo sus buenas maneras, con buena colocación e improvisación, a pesar de las irregulares embestidas del toro. El fallo reiterado a espadas le ha privado de abrir la puerta grande.
Alvaro Lorenzo es un torero muy capaz, al cual se le nota una notable progresión. A su primero apenas le ha picado, dejándolo crudo, e instrumentarle una faena larga e intermitente en la que han destacado las series de naturales. Las luquecinas finales previas a la estocada han servido para que se le pidiese la oreja que finalmente no se ha concedido.
El cuarto ha sido un toro pegado al piso, al que su falta de raza le ha impedido romper hacia adelante. De nuevo trasteo largo del toledano que lo ha intentado por ambos pitones pero el astado salía con la cara arriba tras el embroque. En el epilogo se mete entre los pitones, pero poco había que sacar de un pozo seco.
El mexicano Luis David ha estado entregadísimo y variado tanto con el capote como con la muleta. Su primero ha sido un colorao que ha sufrido una mala lidia y un pésimo tercio de varas. Inicia el trasto con un pase cambiado por la espalda para continuar con series de derechazos, circulares invertidos jaleados en los tendidos, pero el toro tenía mejores principios que finales y ha terminado rajándose. La estocada hasta los gavilanes ha servido para una petición mayoritaria que solamente no ha visto el palco.
El quinto ha sido un toro ensillado, feote. Quite vistoso por zapopinas. En el último tercio ha terminado por meterlo en la canasta, humillando con fijeza. Muy dispuesto Luis David le ha mostrado el camino y ha puesto de acuerdo a todo el mundo, exprimiéndolo al máximo. Las manoletinas finales han dado paso a un pinchazo y estocada. De nuevo petición mayoritaria y otra vez pierde el pulso con la Presidencia. El enfado del joven matador ha sido evidente y justo.
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