Dentro de la farándula ó, como dijera José María Rodero, el gremio de los vendedores de ilusiones encima de un escenario, nos hallamos con una mujer admirable. Se trata de Susana Hidalgo que, por el precio del mismo arte, consagra gran parte de su vida en aras del teatro, de esa puesta en escena que, a diario, representa su ímprobo trabajo a favor de la cultura que ama que, como se evidencia, no es otra que el propio teatro.

Posiblemente, la sociedad actual, desdichadamente, no reparamos lo debido ante personajes tan elocuentes como la señora citada; actriz, autora, directora y, por encima de todo, amante de las tablas, como dicen los artistas del noble arte de Talía. Susana es actriz por vocación y, sus interpretaciones, siempre de carácter amateur, le han granjeado admiraciones por doquier, allí por donde ha ido y actuado. Confieso que, tras haberme entrevistado con tan singular mujer, me ha cautivado; para Susana Hidalgo, respecto al teatro, no existe la definición singular; ella siempre utiliza el plural puesto que, como confesara, sin el equipo de actores y amigos, nada hubiera sido posible.

Le han bastado diez años a Susana Hidalgo para entregarse en cuerpo y alma al grupo Font Viva y sentir, dicho grupo, como una parte importante de su existencia. Ella es actriz, directora del grupo y, por encima de todo, una mujer apasionada por todo aquello que ama; un prueba de cuanto digo es la creación por su parte del Taller de Teatro del Grupo Font viva, en donde, en el Colegio Derramador, Susana Hidalgo, imparte lecciones a decenas de alumnos, creando, ante tal circunstancia, una dependencia hacia el teatro por parte de la juventud, menester que, por encima de todo, necesita de un reconocimiento y, por mi parte, esta es la prueba de cuanto digo.

El Grupo Font Viva, Susana, si no recuerdo mal, nace en el año 1963 y, en dicho año, tú todavía no habías nacido. Vas creciendo y sin saber las razones concretas, te vas acercando al grupo y, hace diez años decides entrar a formar parte del mismo. ¿Qué hecho concreto marca aquel suceso importante en tu vida?

Siempre me gustó el teatro. Recuerdo siendo muy niña aquellos ESTUDIO 1 de TVE y, quedaba anonadada ante las obras que veía cómo interpretaban aquella saga de actores fabulosos que siempre hemos tenido. Fui, - y lo sigo siendo- espectadora por todos los teatros de España. Luego, en casa, el pionero del teatro resultó ser mi hermano Iván puesto que, él fue el que entró primero en el grupo y, además de la afición que ya tenía, Iván me inculcó la magia del teatro y, sin pensarlo dos veces, pedí ingresar en Font Viva.

¿Qué queda de aquella Lucía, tu primera interpretación en la obra “Las Amazonas del Caballo” allá por el año 1995?

Convengamos que, al final, el actor, archiva al personaje por decirlo de alguna manera y, lo que queda en realidad es la vocación y, en mi caso, la pasión por esta quimera a la que llamamos teatro. Puedo confesarte que, a los personajes que uno interpreta, acabas queriéndolos; son muchas horas de convivencia con ellos, aunque, al final, lo que queda es la ilusión por seguir, por crear nuevos personajes y, como te digo, sentir el teatro en lo más hondo de tu ser.

¿Qué diferencia crees que pueda existir entre una actriz profesional y, en una mujer como tú?

Básicamente, muy poca. Ellos, los profesionales, ser dan el lujo de convertir su pasión en profesión y, sin lugar a dudas, eso es una suerte enorme; trabajar en aquello que amas, es el colmo de la dicha. Pero fíjate, nosotros, los amateurs, le ponemos más ilusión a este lindo menester y, el hastío, jamás ha logrado vencernos. En ocasiones, el trabajo que los ensayos suponen, han logrado agotarnos; pero, hastiarnos, jamás. Quiero pensar que, el actor profesional, en un momento determinado, puede acabar odiando a personaje puesto que, esas obras que se escenifican durante meses y meses, en honor a la verdad, debe ser agotador y, lamentablemente, poco creativo.

Al frente del grupo, Susana, has sido premiada en distintos certámenes de teatro. ¿Qué sabor tiene el premio?

Saberte reconocido siempre en un halago, tanto para el cuerpo como para el alma. Nosotros no buscamos el aplauso fácil; ni tampoco la lisonja por aquello de trabajar más de lo debido. Nos motiva, esa carga inmensa de afición por llevar a cabo una pasión que nos mueve, tal es el caso de interpretar a distintos personajes pero, puedo asegurarte que, en los ensayos jamás se nos ha pasado por la cabeza a nadie, la posibilidad de lograr tal o cual premio. Si luego vienen, como tú dices, bien hallados sean.

Rebosas ilusión, Susana, la mejor de las medicinas para curar la mente. ¿Es ésta la base para que, ahora, en la actualidad, más de 100 alumnos a tu cargo esperen tu llegada a las clases con verdadera pasión?

Mi vida es pura actividad y, los míos y los que me conocen en profundidad, así lo pueden certificar. Es cierto que, tanto a los alumnos como a los compañeros, a diario, intento trasmitirles esa carga emocional que corre por mis venas que, si te digo la verdad, respecto a los demás, tan contagiosa resulta.

Has pasado por todos los estrados del teatro; escribes, diriges, escenografías, actúas……. ¿en qué parcela te sientes más a gusto?

Fíjate que, interpretar es apasionante; dirigir, altamente aleccionador y, agotador, todo a su vez…… yo creo que, el teatro, en definitiva, se compone de muchas parcelitas que, dedicándoles el cariño que yo le entrego, al final, acabas enamorándote de este bendito trabajo.

¿Cómo sería el grupo, Susana, sin Chema Escribano?

Es que entonces no sería Font Viva; Chema es el alma mater del grupo y, como todo el resto de los compañeros, el motor que mueve todas mis ilusiones para que, a diario, nos embarquemos en nuevos proyectos que a todos nos apasionan. No estoy aquí para regalar lisonjas a nadie; pero ellos saben cuánto les quiero.

Eres madre, esposa, actriz, directora, creadora, escritora…. ¿Te quedan más facetas por abordar?

Podrá sonarte una cursilería por mi parte pero, anhelo, añoro tener más tiempo y, como imaginas, mira que lo administro bien; pero me sigue faltando porque mi creatividad, sigue creciendo al unísono con mis ilusiones. Intento estar, en cada momento, en el lugar que me corresponde y, en ocasiones, la tarea se me vuelve complicada.

Antes, Susana, hemos hablado de los premios, al respecto, ¿tú crees que un premio puede envilecer?

En el mundo existe gente tan variopinta que, quizás sea todo posible; pero jamás será nuestro caso. Hemos tenido la fortuna de ser premiados en varios certámenes en distintos puntos de la geografía española y, puedo asegurarte que, cada premio, para nosotros, ha sido como un acicate para nuestra propia superación; digamos que, nuestra propia inconformidad es lo que nos hace vehementes en nuestro quehacer.

Ahora, el próximo 21 de octubre, en el Centro Cultural de la Villa, de nuevo, PÍNTAME EN LA ETERNIDAD, la obra de Alberto Miralles que, una vez más, sube a escena bajo tu dirección. ¿Qué se siente, como en este caso, cuando una obra se ha representado varias veces y, el público, la sigue reclamando?

La satisfacción por haber logrado un trabajo que nos ha hecho felices a todo el grupo. Somos amateurs, como todo el mundo sabe pero, nuestro grado de exigencia, entre nosotros mismos, quizás sea más elevado que el de los propios profesionales; somos un poco el ejemplo del pobre que, por ser pobre, no tiene razón de ser que no vaya limpio. No vivimos del teatro, nada es más cierto; pero el respeto que sentimos por el público que nos aplaude es tan grande como el del primer actor de España.

¿Te sientes reconocida a nivel del Ayuntamiento, por citar nuestro ente más representativo?

Si, por supuesto que sí. A nuestros niveles, si me apuras, como nos ocurre en todos los estamentos, las necesidades son enormes y, a veces, hasta podríamos pensar que no nos valoran como deben; pero, honradamente, no tenemos queja. Siempre se podría pedir más, pero es justo reconocer que, nuestra labor, es admirada por el Ayuntamiento y, por supuesto, entre el público que, con sus aplausos, tanto nos ayuda.

¿Es LA MOSTRA DE TEATRE AMATEUR VILLA DE IBI, vuestro mayor logro?

Es un logro más. Este año celebraremos el XI aniversario al respecto y, la dicha, por nuestra parte, es inmensa. Se trata de unas jornadas teatrales con la participación de diversos grupos que, junto a nosotros, intentamos darle a IBI la categoría y esplendor que, al respecto merece.

¿El drama o la comedia, Susana?

El mundo de la escena es complicado en todas sus vertientes. Si te sirve un ejemplo, lo que hace Arturo Fernández, actor al que conocemos todos, es dificilísimo; eso de hacer reír, además de gratificante, es complicadísimo; pero no podemos olvidar cuando Terele Pávez nos hace saltar unas lágrimas de emoción, cada vez que interpreta un papel dramático. Han sido, como sabes, dos ejemplos para demostrar, muy claramente, la difícil labor del teatro; digamos que, la escena, bien hecha, es una tarea ardua.

¿Cuál es el futuro de Font Viva?

Yo creo que muy esperanzador. Si ya hemos cumplido 42 años en escena, si me permites la expresión, ahora, con más razón que nunca, el futuro se nos presenta espléndido. Piensa que, ahora mismo, estamos creando escuela, por tanto, creando afición, razones lógicas para que, cada día, las gentes se sientan totalmente identificadas con el teatro y, lo que es mejor, que todos nuestros alumnos se apasionen por este quehacer que, como sabes, tanto nos ilusiona.

¿Qué se cuece entre bambalinas, Susana?

Honradamente, muchos nervios; temor a que algo pueda fallar, esperanza en que todo salga bien y, puedo asegurarte que, hasta que se baja el telón, la carga de adrenalina que corre por mi ser es inmensa; bien actuando ó dirigiendo; los nervios son los mismos.

Al final, ¿se vencen dichos temores de que me hablas?

Esa sensación es siempre la misma; les pasa lo mismo a los actores profesionales puesto que, así me lo han contado. Cada día, cada obra es una sensación distinta y, los temores, son idénticos. Luego, claro, contamos con lo que ha sido el ímprobo trabajo de los ensayos que, de alguna manera, certifica  que todo saldrá bien y, así suele ocurrir.

Dicen de ti muchas cosas, todas bellas, nada es más cierto y, eso, me congratula; pero no falta quien opina que, tu grado de exigencia cuando diriges es inmenso. ¿Hasta que punto eres condescendiente con el error del compañero?

Hasta lograr subsanarlo, como es lógico. Exijo a los demás, pero en la misma medida que me exijo  a mi misma. Me fascina que todo salga bien; no me sirve aquello de que como somos amateurs todo se puede perdonar; perdonarán los demás, es decir, el público que nos vea; nosotros, tenemos la sagrada obligación de hacer las cosas con todo rigor, mejor coherencia y con todo nuestro amor.

¿Proyectos inmediatos?

Estamos trabajando en una obra nueva que, como se dice en el argot teatral, hasta que no esté todo definido y ensayado para salir a escena, no nos gusta proclamar. En ello estamos. Pero lo más relevante de nuestro quehacer es, sin duda alguna, la carga de ilusión que corre nuestras venas. Mientras nos asista esta pasión que nos conmueve, el teatro, como Font Viva, en IBI, será una bendita realidad.

Gracias, Susana Hidalgo. Que la suerte os acompañe siempre, algo que jamás dudaré porque, vosotros, con vuestro trabajo, merecéis lo mejor. Que te vaya bonito.