Creo, que ahora no es el momento, de entrar a valorar si D. José María Manzanares, ha sido buen torero o torero ventajista, que si hubiera sido un poco menos golfo, hubiera sido el mejor, o tantos y tantos comentarios, que se han hecho de este torero, que nunca sabremos si es verdad o mentira.
Para mi, no es el momento ahora, ni lo ha sido nunca, porque lejos de comentarios, estadísticas y demás valoraciones, para mi, Manzanares, es y será torero de toreros, si señor, eso y solamente eso.
Y de una forma u otra, torero de toreros, pocos, pero que muy pocos, tienen la suerte de serlo.
Parece extraño, pero yo, que me considero un defensor a ultranza de las corridas en puntas y serias, han sido muchas las veces, que he dicho que a Manzanares, soy capaz de ir a verle al fin del mundo, a torear un becerro desmochado en un festival, es mas, tuve la suerte de ver unas imágenes suyas entrenando, toreando de salón y les puedo asegurar, que en los tiempos que corren, da gusto ver torear a un pedazo de torero como él de salón, que a muchos de los gañanes que salen a las plazas, como si se tratara de una obra, en cualquier zona urbanizable de la capital.
Eso sí maestro, por un lado enhorabuena por su carrera, para mi sin exámenes ni comparaciones, ha sido la carrera del torero de los toreros de los últimos años, pero por otro lado, aunque me duela y mucho, no verle más vestido de luces, por favor, no estropee las imágenes de esta tarde, de todos esos toreros, sacándole a hombros por la puerta del príncipe, porque de esos momentos, son de los que nos valemos, los aficionados prácticos, para renovar nuestra afición, energía e ilusión.
Que grande es la fiesta y se demuestra, aunque sean pocas veces, en momentos como ese en Sevilla y en ese otro del maestro Rafael de Paula, cruzando el tercio de Madrid, para saludar el día de su festival, gracias a Dios, todavía hay cosas que me hacen saltar las lagrimas en una plaza de toros, esas lagrimas de verdad, que te dicen en tu interior, QUE GRANDE ES LA FIESTA.
Gracias maestro.