Tras un mes de fútbol, para ser exactos en el Mundial de Alemania, del que muchos salieron enfadados por la actuación de México, pero esa es otra historia; que prácticamente paralizó al mundo de los toros, por fin llegó el primer festejo de la temporada novilladas en la Monumental Plaza de Toros México a donde suponemos, deben ir los novilleros punteros, los experimentados, los que merecen la oportunidad, etcétera. Fuera los intereses, eso debe estar claro y parece que la empresa así lo ha tomado de acuerdo al elenco que dio a conocer. Alguno que otro que por ahí haga falta u otro que esté demás pero bueno, en donde se habla es en el ruedo.
Pero ¿qué sucedió en el primer festejo? A mi juicio una falta de respeto al público por el escaso trapío de los novillos de San Diego de los Padres; por ahí ya empezamos mal. El juego que dieron, de mansos, descastados y demás defectos terminaron por echar abajo la tarde.
Alguien podrá decir que la tarde se fue abajo por la lluvia, al contrario la tarde se fue arriba porque un público supo o mejor dicho, quiso quedarse en la plaza aguantando la tormenta con tal de ver un festejo taurino. Por cierto, enhorabuena a los monosabios por el gran trabajo que hicieron para arreglar el ruedo.
Quizá los paraguas, los rompevientos, los famosos “ponchos”, hules o como le quiera llamar, provocaran que el público no pusiera tanta atención en algunos detalles, por ejemplo, el trapío qué pequeño gran detalle ¿no?, sólo algunos aficionados lo pitaron con mucha razón.
Los toreros: El colombiano Ricardo Rivera, quien ha sido una grata sorpresa en el Nuevo Progreso de Guadalajara, en su primer novillo parecía que nos estaba haciendo el favor de torear, después la cosa cambió. Estuvo bien a medias con otro mansísimo de San Diego de los Padres al que le cortó una oreja también muy justita.
Rivera es un torero al que hay que analizar detenidamente. Primero, por cuál línea o estilo de toreo se va a ir, el valor estoico, el arte, la clase, creo que Ricardo es más un toreo de valor, de los que no se mueven, tiene temple pero le falta mucho que aprender. Quizá busca un concepto similar al del francés Sebastián Castella, obvio guardando sus respectivas y grandísimas distancias. La forma de colocarse entre pase y pase es similar aunque el toreo encimista que practica, provoca que no le duren los astados. Cuidado, hay tiempo para corregirlo, y por favor, cuide su imagen, “¡Hay que ir a la peluquería!”, aún recuerdo ese grito, el cual tiene muchísima razón.
Juan Luis Silis, el toreo no es una lucha contra los toros, no se trata de tener arranque e irse a “trepar” sobre la res. La inteligencia, la técnica y la tranquilidad es la base de un buen torero, después viene la clase, el arte, el buen gusto que no cualquiera posee. Primero le recomiendo que descubra las tres primeras cosas, después ya veremos.
Montoyita: habrá que mejorar mucho con la espada. Afortunadamente doblaron por cansancio y debilidad, sobretodo el que cerró el festejo segundos antes de que le tocaran el tercer aviso. Es cierto que se llevó el lote… no sé como llamarlo de tan malo y manso.
Demostró que tiene clase con algunos trazos sobretodo a la verónica y algunos con la tela roja por pitón derecho. Puede ser un buen torero, habrá que esperar. Otra observación: no vale la pena alargar la faena cuando ya no hay posibilidades de algo más. Se entienden las ganas de ser y de gustar al público, pero este termina enfadándose lo cual puede terminar en pitos.
Este domingo viene un encierro de San Isidro que en el papel tiene más trapío que el del domingo anterior. Ganaderos y jueces de plaza, hay que darle seriedad a este nuevo comienzo en la historia del coso titular de México. Hay que fijarse y analizar detenidamente los encierros que se compran…