En conversación telefónica, el señor Manuel Eguiguren Callirgos, flamante Presidente de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, ha tenido la gentileza de darme, en exclusiva, la grata noticia del acuerdo tomado por su directorio mediante el cual los 168 abonos a la Feria del Señor de las Milagros, que de acuerdo a contrato entregará el arrendatario de Acho, serán distribuidos entre igual número de personas quienes, con espíritu de solidaridad y conmiseración con los que nada tienen, ofrezcan donar en dinero una cantidad similar, o superior, al precio que les corresponde en taquilla que, en total, supera los 73,000 dólares americanos. La suma así recaudada será destinada a mejorar la calidad de vida de los ancianos del asilo Canevaro que, como la plaza de Acho, se encuentra ubicado en el distrito del Rímac.
He aquí una solución encomiable que dice mucho de la directiva que preside el señor Eguiguren y da final feliz a una fea y soterrada historia, que salió a la luz con la denuncia que hicimos pública en Opinionytoros el 2 de marzo del presente año, dándose inicio a una solitaria pero indoblegable campaña contra un tumor maligno enquistado en la Beneficencia. Siete meses y medio han pasado desde esa histórica fecha para que una ráfaga de aire puro se haga presente y despeje la fetidez del miasma de corrupción arraigada, por años, en tan noble institución.
La deplorable administración de la que fue objeto vació sus arcas y la llevó al borde de la quiebra. Sin embargo, esto no frenó la desmedida ambición de los funcionarios causantes de la debacle que no tuvieron escrúpulos para maquinar complejos procedimientos delictivos con los cuales desviaron los magros ingresos institucionales, en beneficio de sus mezquinos y bastardos intereses personales.
Tal el origen de la anómala e inmoral exigencia establecida al arrendatario de Acho, por la cual queda obligado a pagar parte del alquiler de la plaza en especie, es decir en abonos, cuyo monto suma varias decenas de miles de dólares por año. Hasta el año pasado, este pago en especie no se contabilizaba como ingreso de la institución sino que llegaba a manos de su presidente, quien disponía de él a su libre albedrío. Veremos que dice la justicia ordinaria de todo esto cuando la comisión investigadora, presidida por Néstor Corvetto Cafferata, Asesor Ad Honórem del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, haga entrega de su informe Técnico-Legal al Despacho Ministerial, dentro del plazo establecido en 120 días.
Era tal la indignación que me produjo tan desvergonzada acción que, en algún momento, pensé que los asientos correspondientes a las entradas exigidas, bajo amenaza, por el anterior directorio, debían pintarse de amarillo brillante para que el público que asiste a la plaza pudiera identificar y expresar su repudio a quienes participaban de la inmoral repartija. Hoy, con lo razonablemente dispuesto por el nuevo directorio de la Beneficencia, pienso que deberían pintarse igual pero para un fin diametralmente opuesto: hacer de conocimiento público que existen personas generosas que están dispuestas a colaborar con una noble cruzada de solidaridad en apoyo al prójimo necesitado.
Por mi parte, me siento satisfecho con la labor que me ha tocado realizar. No han sido vanos los esfuerzos, ni pocas las horas dedicadas a escribir miles y miles de palabras exponiendo razones y pruebas (que de seguro resultaron densas para el estoico lector que me hubo de soportar) en el cometido de resquebrajar la coraza de indiferencia que cubre el corazón humano que, a veces, lo he podido comprobar, no se conmueve, ni mucho menos se involucra, frente al mal estado de las cosas, sobre todo, cuando este no afecta directamente sus intereses personales o de grupo.
Tomó tiempo, es verdad, pero valió la pena. No sólo por lo gratificante que puede ser el hecho de haber contribuido a restituir, a sus legítimos destinatarios, recursos que les habían sido birlados por inescrupulosos funcionarios, sino porque constituye una victoria de la honradez y la decencia, valores que, como el embarazo, no admiten términos medios. La honradez y decencia son indispensables para que la actividad humana alcance grandeza y, por ello, forman parte del espíritu mismo de este portal, que preconiza el “toro integro y el toreo auténtico”, sin los cuales la fiesta brava no logrará remontar el bache en el que se encuentra.
Es mucha y ardua la labor que le espera a la nueva directiva de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana para lograr hacer de ella la institución administrativa y económicamente eficiente que el país necesita y que miles de niños y ancianos, bajo su tutela, reclaman. Desde aquí le deseamos suerte y éxito en su gestión.