Así dice la canción, y de seguro así dijeron los aficionados, los buenos aficionados, que no se perdieron y que supieron valorar una de las mejores corridas de toros de los últimos años en la Santamaría, y repito: DE TOROS, porque la mayoría de espectadores colombianos, que no aficionados, cree que el interés de una tarde radica en a quienes se acartele, sin saber si quiera cual es la ganadería a lidiar. Pues bien, en la Santamaría bogotana se lidio un corridón de toros de Santa Bárbara, no solo por presencia sino por su más que interesante juego. Tampoco vayan a creer, como también es costumbre en el país, que la tarde se cubrió de indultos y de orejas, que tampoco de eso se trata como creen muchos. Simplemente salió el toro y todos a disfrutar: Hasta renació la suerte de varas.
Desde sus continuos y repetidos triunfos en Medellín esta ganadería de Santa Bárbara venia despertando el interés de los aficionados, no solo por sus resultados numéricos sino por los comentarios que se escuchaban, de lo encastados que salían sus toros.
Así que desde que salieron a la calle los carteles de Bogotá o quizás desde mucho antes cuando se anunció que lo de Santa Bárbara venía a la capital los aficionados se frotaron las manos pensando en que vendría toros de verdad, el 17 de enero se constituía en una fecha para marcar en el calendario por el interés que despertaban los Santa Bárbaras, así lo comentamos en los prolegómenos del festejo y a fe que han cumplido. Que no se cortaron once orejas, no señor, que no se dieron circulares, ni molinetes, tampoco, se vio al toro en todas sus facetas y con todos sus matices, se vio al toro emplearse en el caballo, en donde se le mide realmente su bravura, pero se le vio también en la muleta con motor y con trasmisión.
Que bonito ver a los aficionados pedir a gritos al ganadero para que saliera a saludar al tercio al final de la corrida, tal como ocurriera con el mayoral en la corrida de Palha del último San Isidro, debió dar la vuelta al ruedo don Carlos Barbero, debió sentir más de cerca el agradecimiento puro y desbordado de los aficionados que valoran al toro de verdad. Ese saludo vale más que cualquier cosa, vale un millón de veces más que salidas a hombros pedidas por toreros sin venir a cuento.
Aquí tienen señores figuras del toreo una ganadería para pedir en las próximas ferias colombianas, suena para Cali, ojala la lleven, y es Domecq como para tentarlos aún más, no hay excusas, bueno quizás les digan que salen encastados y allí remilguen y rezonguen, porque así son. Pero aquí hay una ganadería como para ver si lo que hacen ante los pequeñajos y tontones toros que acostumbran torear se lo pueden hacer a estos toros benditos.
Ojala siga esta ganadería en ese rumbo, el rumbo que mantiene los cimientos de la fiesta, ojala vuelva y triunfe en Medellín y haya algún apoderado con visión y los pida para un torero importante, un torero con ganas de poner a crujir a cualquier plaza en la próxima temporada. Ayyy lo que se perdió Bolívar
Punto altísimo para la corrida del 7 de febrero en Bogota con los esperados Mondoñedo, otra cita ganadera que esperamos con ansias.
Cuando sale el toro es la gloria bendita.