En los diferentes corrillos de amigos y aficionados, en tertulias, foros, conversatorios, conferencias y simples charlas, se dice, se asegura y se manifiesta el dolor que causa pensar que los enemigos de la fiesta, no están fuera sino dentro de ella y de acuerdo a los diversos puntos de vista, vemos que en realidad hay una serie de ítems que deterioran el normal, verdadero y autentico desarrollo de la actividad taurina.
Rescatamos de momento y para la reflexión las siguientes consideraciones:
-Las exigencias ilimitadas de los apoderados en cuanto a ganaderías, alternantes, fechas y pretensiones económicas para sus poderdantes.
-Los altos costos del ganado para celebraciones taurinas en la provincia.
-Dificultad que se presenta en algunas plazas para que los aficionados y público en general, puedan ver los encierros en los corrales, previo a la corrida.
-Insensibilidad de los espadas actuantes, al no brindar un espectáculo acorde al precio del boleto que se paga.
-La falta de promoción y estimulo de nuevos prospectos, por falta de oportunidades.
-El incumplimiento en el horario de comienzo del espectáculo, sobretodo en plazas de segunda y tercera categoría.
-El impacto negativo de algunos subalternos, solicitando trofeos inmerecidos para sus jefes de turno.
-Los fraudes que se cometen con las reses, “arreglándolas” de manera descarada.
-La centralización por parte de las empresas, emitiendo noticias que suministran de manera exclusiva solo para algunos medios.
-El desconsiderado cobro de derechos de transmisión, limitando a la mayoría de medios radiales, teniéndose que marginar de la divulgación e información sobre el evento.
-La desidia de las administraciones municipales para mantener en condiciones óptimas los escenarios taurinos.
-La poca y casi ninguna promoción de los medios escritos, orientando y difundiendo la actividad taurina.
Estas y algunas otras consideraciones negativas que le hacen daño a la fiesta, son las que en definitiva están distanciando a los espectadores de los taurodromos, generando una gran crisis que a futuro sería dispendioso reversar.