Se nos fue Bartolomé, el amigo, el compañero, uno de los críticos taurinos más importantes del Perú, pero por suerte nos dejó su obra, sus artículos, en OyT. Hoy, en su homenaje, queremos reeditar la serie que nos obsequió en sus últimas colaboraciones para el Portal. Adiós amigo. Tus letras y tu recuerdo siempre estarán con nosotros.
Adiós emocionado al amigo y gran crítico taurino. Descanse en paz
LA VIDA PÚBLICA DEL TORO (I)
Vamos a tratar, no ya genéricamente de toros, sino del toro en particular. Del toro como protagonista de la corrida. De la vida pública del toro.
El toro y su bravura son el crédito de su divisa, la garantía de la satisfacción del público, el lucimiento de los toreros, y por último la razón de ser del espectáculo, del cual el toro, es mas, el toro bravo es el principal protagonista, ya que sin toros no habría corridas de toros. El toro constituye un espectáculo en si, y considerarlo únicamente la materia prima para el triunfo de los toreros, es mistificar la fiesta, y alterar su esencia el que se la tome como de toreros, siendo como su nombre lo indica, de toros.
El toro como el torero (además del público que suele ser el mas importante pues si el no asistiera no habrían corridas) son los tres pilares donde se sustentan las corridas de toros, pero evidentemente sin toros no habría corrida, porque nadie iría a ver correr a tres toreros por más vestidos de luces que estuvieran, ni siquiera iríamos a verles torear de salón, evidentemente el toro es el protagonista de la corrida, un poco venido a menos, pero sin él no habrían corridas.
Pero así como casi siempre que leemos algo relacionados a éstas, nos ofrecen material indicando cuales son los tercios de la lidia, cuales los lances o muletazos más característicos, nos dan los historiales de los toreros, se reseñan hasta los colores de sus trajes de luces, del toro nada nos dicen, muchas veces ni se nombra la ganadería a que pertenece, menos se detalla el juego que da, y menos aún se le reseña.
Hay que advertir que está claro que de toros no sabe nadie, dicen que ni las vacas, de allí la difícil apreciación de lo que es una corrida, tanto de la bravura de los toros como de la actuación de los toreros. Además debe considerarse que fundamentalmente para juzgar la labor de los coletas, debe tenerse muy presente el juego dado por las reses, el que hay que tratar de conocer más profundamente.
¿Pero que debe hacer el aficionado al llegar a la plaza en día de corrida? Primero que nada conocer bien el cartel que le ofrecen, generalmente son conocidos los toreros, pero es bueno conocer de quien son los toros y su procedencia. Ya en la plaza visitar la tablilla para ver el orden de lidia, número, nombre, pelo y peso.
Suponemos que conocemos de qué ganadería es, su hierro, divisa (ambos datos los debemos comprobar al corretear de salida el toro en al arena) y propietario por los programas oficiales. Esperamos el inicio de la corrida y su salida al ruedo. Antes que esto suceda, nos hemos enterado también de su nombre, número, pelo y peso por las tablillas oficiales, con lo que ha empezado su reseña. El nombre que en los machos es generalmente el de su madre en masculino y el número que es como el carnet de identidad, que lo individualiza y el pelo, vienen ya reseñados desde la ganadería de origen y el peso cuyo mínimo reglamentario debe haberse cotejado en el pesaje.
Parece de muy mal gusto rebautizar los toros, pues por sus verdaderos nombres, si están bien llevados los libros de la ganadería, se conocen las reatas o familias de las mismas, pues la hembras llevan nombres derivados de las madres, por ejemplo la hijas de la “fusilera”, se llamaran “pistolera”, “escopetera”, “cañonera”, etc., que forman así la familia de las “fusileras” y los machos siempre en masculino el nombre de la madre.
Cuatro condiciones debe cumplir el toro para saltar a la arena, aparte de ser de casta y de ganadería conocida; edad, integridad, trapío y peso y que además nunca haya sido toreado; o sea, debe llegar “virgen de toda lidia”. Con el reconocimiento, el peso oficial y las declaraciones de los ganaderos, se supone que el toro que corretea por el ruedo ha cumplido un poco holgadamente con las condiciones mínimas para evitar cualquier suspicacia.
LA VIDA PÚBLICA DEL TORO (II): LA EDAD y PELAJE
LA VIDA PÚBLICA DEL TORO (III): INTEGRIDAD
LA VIDA PÚBLICA DEL TORO (IV): EL TRAPÍO O TIPO ZOOTÉCNICO
LA VIDA PÚBLICA DEL TORO (V): EL PESO
LA VIDA PÚBLICA DEL TORO (y VI): LA BRAVURA