El pasado domingo 12 de agosto triunfaron nuevamente en una plaza francesa (Dax), los toros del criador de bravos, don José Escolar Gil (Lanzahíta, Ávila).José Escolar Gil a hombros de Dax con Alberto Aguilar-Foto William Lucas
Los Escolares, ayer relegados en la ultima semana de la San Isidro, en la placita catalana de Céret o en unas cuantas corridas aisladas (San Sebastián 2011), como otros son acorralados en sus guetos, estos Escolares son ahora como talismanes, salvando ferias y plazas francesas como también el pellejo de varios empresarios y autoproclamados veedores.
Así, y destacando Céret la romántica desinteresada del torismo, plaza leal al encaste albaserrada, como a su vez lo fue la ganadería al espíritu torista del coso del Vallespir, fueron este año los triunfos de Mont-de-Marsan (22 de julio) y este ultimo en Dax que fueron relevantes en Francia.
Y fue curioso ver estos triunfos en estas plazas del suroeste, la 1ª (Mont-de-Marsan) manejada por el dueto María Sara / Simón Casas, muy lejos de admirar este tipo de ganado y de corridas, y la 2ª (Dax), una plaza que gustaba tirar por lo torerista, hasta perder su alma.
Pues ya ven, como lo vida está llena de paradojos y la tauromaquia también.
Y de continuar las cosas así en Francia, como lo que acabamos de vivir en Dax con puro ganado de desecho en las corridas comerciales (Jandilla y Zalduendo) y lotes descastados y desrazados en ganaderías supuestamente de garantía (Alcurrucén y Baltasar Ibán), por seguro que volveremos muy a menudo a ver anunciados estos serios y atentos Escolares en las ferias francesas, aunque puedan también salir irregulares pero siempre exigentes (Vic-Fezensac o Madrid esta temporada).Hierro de la ganaderia de José Escolar Gil. Lo veremos nuevamente con gusto
Como colofón, solo faltaría verlos en el coso mayor francés que es Nimes, pues si bien sabemos que este tipo de ganadería no es del agrado del Rey Simón, no podemos olvidar que fue (algún mérito tiene el hombre) el único empresario europeo que contrató en cada feria nimeña durante varias temporadas a los toros de Victorino Martín, primos de estos Escolares, allá por los 90 del siglo pasado, aunque esta vez se le esté pasando el tren.
Y como la vida es siempre simple repetición, los toros también.
Entonces tal vez hablaremos muy pronto en Francia y España de los Escolares como antes de los Victorinos, y se empujaran a puños empresarios taurinos franceses y españoles para programar estos toros, de garantía en una feria para presenciar una corrida de verdad.
Es lo menos que podemos desear a un criador que nunca desvió de una línea recta, más, mejoró el encaste, en un mundo del toro donde a menudo triunfa lo torcido.