Son innumerables los desaciertos que se cometen por parte de los protagonistas de la fiesta en los cosos taurinos sobretodo de la provincia y que para el aficionado o simplemente para el desprevenido espectador que va a un festejo, incomoda y exacerba los ánimos.
Se dice, se pregona y se argumenta con mucha razón que no por el hecho de ser provincia se deben o pueden cometerse atropellos en contra de la misma fiesta.
Enumeremos algunos puntos que fastidian cuando se asiste a una CORRIDA DE TOROS en plazas de menor categoría.
- El festejo se anuncia a una hora y se viene comenzando tardíamente.
- No se arregla con anterioridad el piso del coso para que quede perfectamente adecuado.
- Se anuncia en los carteles la presentación de determinada ganadería y se lleva otra.
- Los ejemplares que se lidian, no cumplen con los requisitos, presentándose reses de deshecho, sin edad ni peso reglamentarios.
- Las cuadrillas de turno se encargan de finiquitar el astado hundiendo el estoque o rejón de muerte cuando es rejoneador, infringiendo claras normas de respeto al animal, al público y a la autoridad.
- El personal subalterno se encarga de solicitar las orejas, echando al público encima de quien oficia como presidente.
- Si no se conceden los trofeos, mostrando los pañuelos…., igual se cortan y se entregan al torero de turno que se cree su presunto e hipotético triunfo.
Estos son apenas algunos ítems de irregularidades que se presentan en la provincia y que en vez de enriquecer la fiesta, lo que hace es que la debilita, dejando en entredicho la profesión y aislando a los aficionados de las plazas.
Hemos recabado una y otra vez muy respetuosamente sobre la anómala situación, pero pareciera que poco importa, sin dársele la suficiente y merecida trascendencia.
Quienes van por primera vez a una plaza de toros y ve lo anotado anteriormente, muy seguramente no volverá y si es un espectador que gusta de la fiesta, se va indignado de ver tanta afrenta, atropello e ignominia.