Postura ferréa, de carácter y de independencia empresarial fue la que asumió la empresa Pagés de Sevilla, al no permitir ciertas exigencias de las llamadas FIGURAS DEL TOREO.
Ese cuento de las exigencias ya esta bueno; no se reprocha la categoría del torero sino las descomunales y descomedidas pretensiones a las que quieren acceder, incluso con la amenaza de no hacer parte de los carteles de una u otra feria.
El Juli toreando despegado y con precauciones
Pues bien, harán falta sin duda pero también están creando indirectamente un camino para que toreros de mitad de tabla, sean tenidos en cuenta sin tantos mimos y consideraciones.
En Colombia específicamente, los toreros figuras vienen de paseo a hacer la América, a llevarse una buena cantidad de dólares y a pasar de puntillas en los carteles donde están incluidos sin exponer y apenas dejando ver muy superficialmente sus dotes artísticas.
Han pasado por las plazas provinciales de Colombia, matadores de toros que nunca o muy eventualmente se mencionan en España y haciendo el esfuerzo cruzan el charco, para experimentar ambientes, plazas, toros y aficiones de otras latitudes, dejando un gran sabor por sus ejecutorias.
Emilio de Justo estirandose en un buen natural
Para mencionar, los nombres de Emilio de Justo, Gabriel Picazo, Jairo Miguel de Cáceres, Israel Lancho y alguno otro, se nos viene a la memoria, toreros que han dado la talla sin exigir nada a cambio, como no sea lo justo por su presentación pero que no se les valora por no tener el goodwill de las llamadas FIGURAS.
En consecuencia, sería bueno por parte de las empresas colombianas, voltear los ojos teniendo como espejo a la capital andaluza en donde con respeto se les dijo a los cinco toreros de las exigencias que las condiciones las ponía era la empresa; similar situación se debe aplicar en Colombia para no seguir accediendo a pretensiones exorbitantes que le hacen daño a la fiesta.