En Francia sigue vigente la gesta del genial torero madrileño Carlos Escolar Frascuelo tras su corrida de Felipe Bartolomé el pasado mes de julio en la plaza catalana de Céret.
Para la plaza que ahora alberga sin ninguna duda la afición la más exigente y entendida de Francia y de países vecinos que ahí se dan cita (de España y Bélgica por ejemplo), lo visto y lo vivido en el ruedo ceretano está aún presente en las mentes, como si hubiese sido lo más impactante visto en ruedos franceses en el 2014.
Poco más de una decenas de series aun en las memorias y la nueva generación de aficionados galos descubría Frascuelo y su toreo tan peculiar, el de los últimos románticos del toreo. Técnica para lidiar, pero también personalidad con madurez y naturalidad desconcertante que hicieron hablar capote y muleta ahí donde la multitud de “toreros” actuales no tienen nada que decir, nada que contar y nada que hablar.
Los que estuvieron en Céret ese 14 de julio 2014 le agradecen como pueden a Frascuelo esto que consideramos como parte del milagro del toreo, esa mezcla de arte, misticismo y eternidad del combate entre el hombre y animal.
Aquí nada más con este recuerdo le doy un poco de lo que él nos presentó y contó en ese ruedo. Otros, a su manera, escribieron en el web o revistas taurinas lo que interpretó pero también lo que sigue interpretando el torero como en el último número de la revista gala ToroMag (#62, febrero 2015) en un artículo titulado “Frascuelo le magnifique”.Frascuelo El Magnifico, visto por la lente de Bertrand Caritey en ToroMag
No resisto en traducirles este artículo, parte de 4 páginas sobre Frascuelo, entre entrevista y reportajes en el campo en diciembre pasado. Aquí el artículo en castellano:
“Éramos una decena de amigos franceses que nos ofrecimos una jornada al campo en la finca del Puerto de San Lorenzo. Había buen tiempo, el tercer novillo entraba en el ruedo. Hubo como un estremecimiento en el aire: Frascuelo se avanzó, dejo al vuelo dos verónicas y dio una media de una belleza arrogante. Dio el tono, iba a pasar algo y pasó efectivamente algo, algo hasta extraordinario, una comunión perfecta y rara, la de la misteriosa alquimia del toreo, conmovedora, emocionante, preciosa hasta gritarlo. Las palabras son vanas para describir lo que todos hemos sentido, teníamos que estar ahí, vivirlo. No fue una tauromaquia perfecta, lisa y planchada, sin reproches como lo vemos a menudo. Era otra cosa, la expresión artística y libre de un torero, el corazón y el alma de un hombre de 66 años, al desnudo, era simplemente magnifico, grande, inolvidable. Tras un último pase evanecido, nos hemos buscado con la mirada, Bertrand Caritey, Jean-Christophe Delmonteil y yo para ver si no habíamos soñado o más bien para verificar que habíamos bien vivido un sueño. Estábamos tan contentos como niños. El maestro exultaba, orgulloso y travieso como saben serlos los grandes actores envejecidos. ¡Joder que felicidad!” (Jérôme Bouche, 6 de diciembre 2014).El articulo en francés de Jérôme Bouche en ToroMag
Por cierto, la próxima corrida de Frascuelo será el viernes 3 de abril a las 17h30 con toros franceses de Las Dos Hermanas (de Patrick Laugier, procedencia Javier Sanchez Arjona, origen Juan Pedro Domecq Solís) que lidiara con Curro Díaz y el galo Román Pérez. Y claro, tenía que ser en una plaza francesa, la del anfiteatro romano bimilenario de Arles… A Francia los carteles para aficionados, a España los carteles con los mismos de siempre.
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