El coso taurino venezolano que otrora fue gloria de la Fiesta Brava en Venezuela, está sumido en la completa miseria, convertido en un todo un circo de calle, da coraje, rabia, impotencia, tener que reconocer que el Nuevo Circo de Caracas, esté como está, por cumpla del desamor, desgano, indolencia, de la afición taurina venezolana y de manera especial, de la afición taurina caraqueña que no supo defenderlo, rescatarlo y hoy día, duele escribirlo, es una joya arquitectónica de mala muerte.
La gloria taurina del Nuevo Circo de Caracas, la han tirado al piso
Sí toda una joya arquitectónica de mala muerte y como duele tener que escribirlo así, tras haber observado algunas fotografías de data reciente, que me han hecho llegar. No me cabe duda de ello y jamás podré entender, que carajo les pasó a los taurinos caraqueños, esos que se ufanan de ser la crema nata taurina venezolana, que lo dejaron, lo abandonaron como si nada, no tuvieron los pantalones bien puestos para rescatarlo de los miserables que lo han convertido en un circo de mala muerte.
Misero circo instalado en la gloriosa arena del Nuevo Circo de Caracas
En sus 96 años de vida, el Nuevo Circo de Caracas es todo un circo de mala muerte. Decretado Monumento Histórico Nacional, Patrimonio Histórico de Venezuela, títulos de los que no llegó disfrutar gracias a los litigios interpuestos por la acaudalada familia, propietaria del sitio donde se levanta, ya que lesionaba sus intereses económicos y que no se merecen nombrarlas.
El hoy callejón del Nuevo Circo, en el que estuvieron figuras del toreo
En todo un circo de mala muerte, han convertido el Nuevo Circo de Caracas, abandonado a su peor suerte, en poder de la miseria de la calle, sin dolientes, sin importarles a los afamados taurinos caraqueños que por lo poco que me llega por ahí, solo se reunen en un sitio para darle a la copa y ufanarse de grandes taurinos, que de eso nada tienen, en honor a la verdad, a las pruebas me remito, ahí está más claro que el agua, su gran amor por el coso taurino caraqueño, en manos de un gentío que destruye su imagen e infrastructura, tiraron por el piso su gloria taurina y en definitiva, a nadie le duele para nada, que ello suceda.
El pedestal de la estatua de César Girón, desmontada, perdida, quizás ya fundida
Imagino que saldrán a decir las mil y una excusa, dirán hasta del mal que habré de morir, que lo escrito es toda una falsedad, que sí han trabajado para rescatarlo pero las fotografías que hoy acompañan este escrito, lo dicen todo, el Nuevo Circo de Caracas, es todo un circo de mala muerte, gran verdad y realidad, al que el caiga el guante que se lo plante, recoja sus vidrios si es que tiene verguenza para recogerlos.