Es una verdad de a puño que las figuras son las que llevan el público a una plaza de toros, sí, pero…¿están las empresas colombianas en condiciones de seguir pagando cifras exorbitantes por toreros que ya están más que vistos y su repertorio es el mismo?
Queda el interrogante planteado porque con toreros españoles, mexicanos, peruanos y los colombianos que destaquen a lo largo de la temporada, se puede plantear unas muy buenas ferias y temporadas que dejen satisfechos a los aficionados.
López Simón y El Juli antes de su actuación en Valencia Vamos a hablar claro y conciso. De España, López Simón, Curro Díaz, José Garrido, David Mora acompañados de algunas figuras, Ponce, Talavante, Manzanares, Castella o Perera, de los mexicanos Joselito Adame, Octavio García El Payo, de los peruanos Andrés Roca Rey y de los colombianos Luis Bolivar, Cristóbal Pardo, Santiago Naranjo, Ramsés, Manuel Libardo, Luis Miguel Castrillón, Sebastián Ritter y David Martínez, será que no salen carteles muy bien rematados y de interés para el público?
El ejercicio se viene realizando en España en donde los espadas de tabla alta vienen “admitiendo” a los de tabla media o emergentes creándose sana rivalidad e interesante competencia para el aficionado.
Colombia no puede ser regla de excepción en donde los apoderados condicionen la presentación de un torero con la contratación de otro de menos interés de la misma casa, amén de otras exigencias de las que ya hemos hecho referencia en artículos anteriores y que son suficientemente conocidas por los lectores.
La selección de los nombres de los toreros que vayan a ser contratados para las ferias y temporadas nacionales, deben ser los que hayan salido triunfadores de las ferias notables y representativas del viejo continente, Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao, Nimes y Arles entre otras.
Cali, Manizales, Duitama, Medellín, Puentepiedra, Tuta, Lenguazaque, Aguazul y algunas otras poblaciones colombianas cuentan con sus tradicionales ferias a las que se les debe oxigenar con nombres de toreros nobeles, que se brinden y justifiquen los honorarios que piden sin exigencia de tantas prebendas como las que exigen las que se hacen llamar “figuras”.
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