No cabe duda que en estos tiempos de crisis en Venezuela, que incide en línea directa en nuestra Fiesta Brava, hay que apostar a lo nuestro en lo que a la generación de relevo de nuestra Cantera Taurina se refiere, cifrada en los alumnos de nuestras Escuelas Taurinas, en los novilleros que ansían verle la cara a un novillo o novilla, un anhelo que hoy día les cuesta más que un ojo de la cara, porque no les dan la oportunidad deseada, les inventan excusas de toda índole y mentiras no son.

De cara a la realización de dos Ferias Taurinas de relevancia e importancia en el Calendario Taurino Venezolano, como lo son, la LIIIª Feria de San Sebastián en San Cristóbal, Estado Táchira y el Carnaval Taurino de América, XLVIIIª Feria del Sol, en enero y febrero 2017 respectivamente, en la que darán una novillada con picadores, apuesto a lo nuestro.

Este año que termina apenas se han dado cinco novilladas con picadores y una no picada y eso que tenemos novilleros venezolanos en el país y en el exterior, que han ligado y ligan porque se organicen novilladas en las Plazas de Toros fijas de San Cristóbal, Mérida, Coliseo de Tovar, Maracaibo, Maestranza de Maracay, Valencia, como en las portátiles que montan en Ferias Patronales pueblerinas en las que se asoma lo taurino, sueño que no se hace realidad y siguen penando porque les den la oportunidad de la vida para mostrarse.

Por eso, así me salgan que no me meta en camisa de once varas, que no me meta en lo que no sé, que sí esto y aquello, apuesto a lo nuestro, apuesto por nuestros novilleros, que en las Ferias Taurinas por venir, replicando como dicen los cuates, primero lo nuestro, segundo lo nuestro, tercero, último y siempre lo nuestro y punto redondo.