En estos tiempos de crisis, cuando todos debemos dar lo mejor de sí para preservar nuestras costumbres, tradiciones, aficiones, da coraje observar y sentir como una cuerda de elementos de poca monta Y mediocres, le caen a la Fiesta Brava Venezolana al extremo de catalogarla como un circo romano pero fueron los primeros que le lloriquearon a las Empresas Taurinas por una entrada para ellos y sus hijos, entonces lo taurino no era un circo romano.
Son los propios majunches de pueblo como dirían mis difuntos progenitores, de los que está cundida nuestra Fiesta Brava en Venezuela, que despotrican de lo taurino pero lo han vivido, disfrutado, usado para fines políticos electorales.
Días atrás, con toda la repulsa y asco que provocaban, observé y escuché los improperios que contra de la Fiesta Brava, contra el Carnaval Taurino de América y la Feria del Sol de Mérida, Municipio Libertador del Estado Mérida, occidente venezolano, emitían en un programa televisivo, dos elementos que hacen vida comunicacional y política en esta ciudad andina venezolana, uno de ellos por cierto, aspira ser Gobernador del Estado y sin que me quede nada por dentro, no tiene ni pasta ni presencia para ello.
Los dos sujetos que disfrutaron de lo taurino merideño, ahora le caen a palo limpio, olvidando entre otras cosas, que la Fiesta Brava en Mérida nació con su Feria y la Feria se realzó con la Fiesta Brava, que ha sido y es, un factor predominante en su impulso socio económico turístico cultural, en tiempos de tradición ferial religiosa carnetolenda, que le ha dado mucho a quienes viven y conviven en el Municipilo Libertador del Estado Mérida, sean o no taurinos, para que ahora ellos, con ínfulas de nadie, sean sus majunches detractores.
Pues nada, en la viña del Señor nos encontramos de todo y en la Fiesta Brava ni se diga, la mala hierba crece por doquier de la están cargados sus majunches detractores, quienes por supuesto, ni pal baile van ni irán, punto en boca y olé.