Nadie en el mundo podíamos sospechar que, Barcelona, la plaza de toros que más festejos ha dado en el mundo con carácter taurino, de repente, como por arte de magia, un día dejó de dar toros porque así lo decidieron unos cobardes apestosos comandados por un cordobés llamado José Montilla, -cordobés, échale hilo a la cometa- que presidia en aquel entonces el Parlamento Catalán y, por arte de birlibirloque clausuraron la fiesta de los toros en Cataluña. Gente criminal, como sabemos, los hay en todas las esquinas y Cataluña no podía escapar de dicho maleficio.
Es cierto que el pasado año el Tribunal Constitucional anuló aquella ilegal prohibición y legalmente se pueden dar toros de nuevo en Barcelona. He dicho ilegal y, como se ha demostrado, en Barcelona todo se hace de forma ilegal, ahí tenemos el revuelo que esas gentecillas han formado ahora con la llamada Declaración de Independencia que, para fortuna de todos, les ha salido el tiro por la culata. A uno de ellos le ha dejado tuerto.
Y, como hemos visto, el del flequillo, la fea, el calvo, el tuerto y demás secuaces todos se han cagado encima cuando la ley les ha hecho retroceder. Claro que, lo que no termino de entender es porque a Tejero lo metieron en la cárcel en acto y, estos delincuentes que lo han hecho peor que aquel, todos están en libertad. Es posible que les haya salvado de la “trena” aquello de que son todos contrarios a la fiesta de los toros y eso le ha dado patente de corso. Menos mal que, a día de hoy, 2 de noviembre, se ha hecho justicia y la juez ha dictado prisión para un grupo de delincuentes catalanes que formaban parte del Govern y ha dado orden de búsqueda y captura para Puigdemont y cuatro de sus secuaces.
Plaza de toros Monumental de Barcelona
Si El Tribunal Constitucional falló a favor de que se pudieran dar toros en Barcelona, ¿qué está ocurriendo para que la empresa no hay decidido dar el paso adelante y dar toros otra vez en la monumental barcelonesa? Está claro que, tras todo lo que hemos visto en los últimos días en Cataluña, no hace falta ser muy listo para entender que allí puede suceder cualquier cosa, es decir, puede pasar de todo, hasta lo más insospechado.
Es cierto que, en la actualidad, la familia Balañá no morirá de hambre aunque no organicen espectáculos taurinos en Barcelona pero, por ética, por principios, por señorío, por gratitud, por ancestros de lo que ha sido la fiesta de los toros en Barcelona, Balañá debería de haber dado un paso al frente porque su callada como respuesta nos hace pensar de todo, hasta que puedan ser cómplices del sistema criminal que han llevado a cabo esos políticos aberrantes que han dividido a la sociedad catalana, los mismos que la han dejado en la más absoluta de las miserias por aquello del éxodo masivo de las empresas que han abandonado ese lugar de incertidumbre llamado Cataluña. No creo que Balañá haya trasladado su “razón social” al Valle de Arán, por citar un lugar en el que se sienten españoles.
Es ahora cuando, José Tomás, sería el único que podría redimir la fiesta de los toros en Barcelona, la plaza que lo ha sido todo para él, en la que reapareció en el 2007 y en la que tantos acólitos logró en dicha ciudad. Él, solo él entiendo que tiene la llave para que Barcelona volviera a vivir la magia de la fiesta de los toros. Alguien podría decirme que José Tomás no es el empresario y, es cierto; pero si sospecho, por todo lo que me han contado que, de querer, podría inducir a Balañá para que diera un paso al frente y la ciudad Condal volviera a tener las tardes de gloria que antaño tuvo.
Ahora que los separatistas se han ido todos a la mierda que es el lugar que siempre deberían de haber ocupado, confiemos que, al final, las elecciones que tienen previstas para final de año, de ellas salga un atisbo de cordura para que reine la paz en Cataluña, que todo vuelva a la normalidad y, como decía, que se pudieran dar toros en Barcelona, algo que agradecerían miles y miles de personas que tanto disfrutaron antaño en dicha plaza.
