Del primero al cinco de diciembre, se realizará una temporada taurina denominada “Plaza Belmonte Quito 2017 – 100 años de tradición”, con cuatro festejos, en la tradicional placita, ubicada en el centro antiguo de la ciudad de Quito, y que, por ello, se cumplirán con solo dos de los tres tercios de la lidia, ya que, a partir de la malhadada consulta popular del 7 de mayo del 2011, en la capital ecuatoriana, no se puede matar a los astados en la arena de la plaza, sino que tiene que hacerlo un matarife, en los chiqueros. Destruyendo, totalmente, el verdadero valor y sentido de un festejo taurino a la usanza española. Pero, me he permitido hacer alusión a esta temporada, por algunas razones importantes que, sin justificar lo que realidad ocurrió con la mutilación de la fiesta brava, me parece necesario compartirlo pues, como todos los buenos taurinos de “hueso colorado” ecuatorianos, creemos que esta barbaridad cometida hace seis años, terminará pronto y, por ello, algo hay que hacer, mientras eso ocurre.

José Luis Cobo y la periodista Carmen Toledo. Foto archivo

Veamos entonces, las razones importantes de las que deseo hablar, para que, en cierta forma, se entienda el porqué de esta verdadera herejía taurina. Primero, es necesario mantener la afición en los quiteños que, cada año, pensando siempre en la desaparecida feria “Jesús del Gran Poder”, se realizaba previo al día de la ciudad, que es el 6 de diciembre. Segundo, la empresa Triana, de propiedad de Don José Luis Cobo, matador de toros, ganadero y empresario taurino, aprovechan la feria taurina en la ciudad de Latacunga, los últimos días de noviembre y, con algunos de los alternantes, conforman cada uno de los carteles de los festejos pero, sin matar al animal. Tercero, se aprovecha también, la presencia de algunos matadores nacionales y extranjeros, que siempre se encuentran de paso por “la carita de Dios”, como la llamamos los quiteños a nuestra querida ciudad de Quito.