Estando a dos días de que finalice el año 2017, manteniendo en Ecuador la posibilidad de realizar festejos taurinos a la usanza española en gran parte del territorio nacional y, cuando ha terminado la feria de Latacunga 2017 con notable éxito, me parece interesante analizar algo de las ganaderías de reses bravas que existen en el país, contabilizando para ello, aquellas que han sido contratadas para las ferias taurinas de mayor importancia, a lo largo de la actividad taurina anual. En la realidad, existen en este país, ubicado en Sudamérica y en la mitad del mundo, cuarenta ganaderías de reses bravas, registradas en los entes corporativos que controlan esta actividad. Pero, cuando uno analiza lo que ha ocurrido a lo largo del año que está por terminar, la mayoría de ellas no han tenido una participación muy importante. Por esa razón, vamos a ir señalando aquellas que si son tomadas en cuenta por parte de los organizadores de los festejos taurinos.
Para las corridas que organiza Don José Luis Cobo, tanto en Latacunga donde se celebran los festejos a la usanza española, como en la Belmonte en Quito, donde no hay la muerte de los astados en la arena, es la ganadería de Huagrahuasi, la que sirve de eje para las mismas. Su propietario es el propio matador de toros; tiene la divisa roja y blanca; está localizada en Píllaro, provincia de Tungurahua; y, es de procedencia Juan Pedro Domecq. La ganadería de Triana, es de propiedad del mismo José Luis Cobo Terán; tiene la divisa blanca y turquesa; está localizada en Píllaro, provincia de Tungurahua; y, es de procedencia de Juan Pedro Domecq y Jandilla. Pero, apareció con éxito en la última feria de Latacunga, la ganadería de Ortuño, cuyo propietario es Don Ernesto Terán; tiene la divisa tabaco y celeste; está localizada en la Hacienda Ortuño, en la provincia de Cotopaxi; y, es de procedencia de Juan Pedro Domecq, Baltasar Ibán y Camacho. Hermoso toro bravo. Foto archivo
Para las corridas en la ciudad de Ambato, se lidian astados de las ganaderías de Albaserrada, de propiedad de Don Juan Fernando Salazar Egas; tiene la divisa amarillo, verde y amarillo; está ubicada en Machachi, provincia de Pichincha; y, es de procedencia Sotillo Gutiérrez. También está la ganadería de Mirafuente, de propiedad de Don Juan y Don Pablo Salazar Egas; tiene la divisa magenta, rojo y lila; está localizada en Machachi, provincia de Pichincha; y, tiene procedencia de El Torreón y Los Campillones. Y, Vistahermosa, antes Don Carlos Manuel Cobo, hoy día de propiedad de Don Juan y Don Pablo Salazar Egas; tiene la divisa celeste y caña; está ubicada en Píllaro, provincia de Tungurahua; es de procedencia de Juan Pedro Domecq.
Existen además, tres ganaderías que se las toma en cuenta para varias corridas en Machachi, Ambato, Valencia, etc. La primera, es la ganadería de Santa Coloma Internacional, de propiedad de Don José Luis Buendía y Don Cristóbal Roldán Cobo, actual embajador de Ecuador en España; tiene la divisa azul turquí y encarnada; está localizada en Píntag, provincia de Pichincha; y, es de procedencia Santa Coloma. La ganadería de Peñas Blancas, de propiedad de Don Juan Sebastián Roldán Proaño (hijo de Don Cristóbal Roldán Cobo); tiene la divisa morada y blanca; está localizada en Pifo, provincia de Pichincha; y, es de procedencia Juan Pedro Domecq vía Garcigrande y Domingo Hernández. Finalmente, la ganadería de Santa Rosa, de propiedad de los herederos de Don Saúl Montenegro Sáenz; tiene la divisa blanca y rosa; está localizada en Calacalí, provincia de Pichincha; y, es de procedencia Baltazar Ibán Valdéz.
Como ustedes pueden haberse dado cuenta, mucho tiene que ver la procedencia de estas ganaderías, ya que, siempre la sangre hace que los astados tengan un rendimiento parecido pero, en igual forma, la cercanía de la localización de las mismas, tiene mucho que ver, sobre todo, para el transporte de los astados, en los cajones que son colocados para su traslado y, las carreteras que actualmente son bastante buenas, para que no tengan problemas los camiones que las transportan. Sin embargo, se trata también, de los resultados que los toreros que vienen al país y, aquellos que son de la tierra, obtienen, para beneplácito de los cientos de miles de los aficionados ecuatorianos de “hueso colorado” y, de aquellos que, por los nombres de las figuras, visitan el país, en estas puntuales ocasiones. Con el anhelo fijo de que las cosas van a mejorar, solo deseo que todos quienes vivimos alrededor de la vida del toro bravo, pensemos que, el 2018, será mucho mejor que el que finaliza. Que Dios reparta suerte.
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