Finalizada la feria número 60 en la capital vallecaucana, cuyo balance no es el más positivo pues la lluvia, las flojas entradas, la mala presentación del ganado con algunas excepciones, la ligereza de las determinaciones presidenciales y el descastamiento de las reses entre otras, hacen que las directivas de la plaza tomen los respectivos correctivos de manera inmediata, recurriendo a un análisis concienzudo y cavilando sobre lo que será la próxima feria.
El tener matadores de toros en América con sobresalientes presentaciones a nivel mundial es ya una ventaja que se debe analizar y someter a discusión para considerarla. De México los Adame, de Perú Roca Rey y Galdós, de Venezuela Colombo y de Colombia Bolívar, Castrillón, Valencia, De Castilla, Ritter, Martínez y alguno otro que destaque durante el año.
Contemplar la posibilidad de traer solo 5 o 6 figuras españolas que den garantía de taquilla; verbigracia, Ponce como triunfador podría estar en dos tardes, Julián López “El Juli”, Alejandro Talavante, un atractivo femenino de a caballo que podría ser Lea Vicens o el rejoneador que esté funcionando en el momento, son nombres a tener en cuenta.
El tema ganadero que es de vital importancia, registra hierros cuyos ganaderos son escrupulosos en la presentación de sus productos; Juan Bernardo Caicedo, Mondoñedo, Santa Bárbara y limando asperezas, la factibilidad de Guachicono acompañadas de dos más.
Una feria diseñada de ésta manera, traería no solo beneficios a la empresa sino también al aficionado por la reducción en el costo de los honorarios de algunos toreros, reducción en el costo de la boletería y la seguridad de poder ver un buen espectáculo, siempre y cuando se haga un despliegue publicitario sin mezquindades.
Carteles de español – peruano – colombiano, español – venezolano – colombiano o español – mexicano – colombiano, bien rematados, seguramente serían de la aprobación de los aficionados con ganaderías en las que impere la edad, el trapío y con la garantía de que van muy seguramente a embestir.
Es apenas una insinuación o sugerencia respetuosa que bien se podría contemplar en asamblea de accionistas.
Y en lo posible no permitir tanto manoseo por parte de los apoderados que quieren amarrar el torero figura con el que no lo es, exigiendo además fechas, ganaderías, compañeros de terna y dinero.
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