Piedras Negras, Tenexac, De Haro, ganaderías tlaxcaltecas donde se cría el toro bravo. Toros de las dehesas mencionadas se lidiarán durante la feria de agosto en Teziutlán, ciudad ubicada en el noreste del Estado de Puebla.
Ni vacilada ni pleonasmo mencionar que bravo, quiere decir bravura.
Aunque el espectáculo en el que se lidian toros, se llame ¡fiesta brava!, en muchos casos sólo queda el nombre porque la bravura la diluyeron.
Así que la palabra ¡bravo!, suele dejar de ser adjetivo para convertirse en simple sustantivo común. Aunque usted no lo crea: se lidian toros bravos… sin bravura.
La feria del toro en Teziutlán
Sucede que algunos criadores de bravo se han pasado de agua en el vino, como si el objetivo fuera sustituir la bravura por “nobleza”, “docilidad”. Lo que buscan es la bobería para que las figuras estén a gusto frente al burel. Las figuras exigen ese tipo de burel a los empresarios y éstos van a los almacenes de bobura a comprar animalitos bobos, en unas tiendas llamadas ganaderías comerciales.
Bien podrían llamarse ganaderías bobas, pero no les dicen así porque le resta caché a las figuras que lo lidian, además es sano para el lenguaje darle uso a los eufemismos.
La empresa Alma Taurina, integrada por los hermanos Llarena, apostó por el toro bravo, tanto que a la feria, por razones obvias la han llamado ¡la Feria del Toro!
Un serial en el que el toro no será relegado a segundo término, tampoco el nombre de las ganaderías se anotara en los carteles con letras ilegibles, como si la esencia de la fiesta, el toro, fuera un elemento complementario en la fiesta brava.
Alfonso, Rodrigo y Xavier Llarena adquirieron para la feria teziuteca materia prima de primera calidad, toros de ganaderías con prestigio, toros que tienen la característica de la bravura, pertenecientes a los ganaderos González, Yano y De Haro, tres apellidos con prosapia, propietarios de dehesas que no le han echado agua al vino o como dice un criador de reses bravas a quien no le asustan las palabras: no le han echado caca a la leche.
No quiere decir que en las ganaderías mencionadas no salgan toros mansos, por supuesto que salen. La mansedumbre es una característica imposible de eliminar. Pero una cosa es la mansedumbre y otra es la bobería.
Los ganaderos tlaxcaltecas
Perdonará el lector la insistencia pero el toro es fundamental en las corridas de toros. A poco no le provoca expectación ver a Joselito Adame matando Piedras Negras en mano a mano con Jerónimo, es mucho mejor que verlo en la plaza México con Juliancito matando bobos Teofilitos.
Qué güeva ver al Payo en La México con Ponce, Teofilitos y Bernalditos, a poco no suena mucho más emocionante irlo a ver jugársela con Tenexac.
Los carteles de El Pinal tienen lo suyo, sabrosas combinaciones de toros y toreros. El domingo 5 de agosto, Piedras Negras para Jerónimo y Joselito Adame. El 12, Tenexac para Pizarro, El Payo y Héctor Gabriel. El 19, De Haro para José Luis Angelino, Barba y José Mauricio, abrirá el rejoneador Pimentel con los Forcados Poblanos.
Sólo una cosa hay que advertirle a la empresa.
Contraten un juego de puyas para que piquen a los toros. No se trata de evitar la suerte de varas, al contrario, el objetivo es darle grandeza. Tanto como los toros necesiten ir al caballo que vayan, los varilargueros picaran las veces que los matadores requieran necesario, pero no con puyas tamaño caguama. ¡Aguas con la leona!
Recordar Huamantla el año pasado, salió el toro pero hubo abusos en la suerte de varas.
A quienes les gusta emocionarse con la bravura, el trapío, podrán hacerlo los tres primeros domingos de agosto en La Perla de la Sierra, va a salir ¡el toro! Como se le decía al toro con trapío: saldrá el Chon Lagañas en Teziu.