Nadie en su sano juicio podrá discutir los valores de Roca Rey puesto que, su evidencia es tan elocuente que, discutir a este hombre sería una barbaridad sin precedentes. Lo tiene todo para mandar y, de hecho, ya lo está haciendo. Seguro que ya se ha comprado una finca y bien ganada la tiene. El que quiera que lo imite. El toro le ha puesto en el lugar que le corresponde pero ha sido él el que se ha puesto en dicho lugar porque, para su fortuna, valores al margen, concita la atención de los aficionados y, sin duda, del gentío que a su reclamo llena las plazas de toros, todo un milagro en los tiempos que corremos.
Roca Rey, puro sedante contra la Nomofobia, un milagro
Entre tantísimas tardes, daba gloria ver la plaza de toros de Albacete con el cartel de no hay billetes colgado en su puerta. Como daba pena ver la vergonzante corrida de Daniel Ruíz que, para su fortuna, un toro le salvó la tarde, el que cayó en manos de Roca Rey que, como en él es habitual, formó un lio enorme. En su favor digamos que Roca Rey, en esta temporada le asiste lo que llamamos la suerte del campeón puesto que, el toro, en una temporada tan intensa como la suya le ha respetado por completo. No es menos cierto que hay que hacer lo que el peruano hace; valor sin cuento, determinación hasta decir basta, agallas para dar y tomar; improvisación al más alto nivel; todo un conglomerado de valores que le han situado en el lugar que ocupa.
Claro que, Roca Rey, sin pretenderlo, cada tarde le entrega a los aficionados o si se me apura al puro gentío que llena las plazas de toros para verle, una enorme dosis de ilusión que, como sabemos, aunque sea de forma momentánea, es todo un sedante contra la Nomofobia, la actual enfermedad que azota a la sociedad actual pero que nadie quiere reconocer.
La prueba elocuente de una sociedad enferma: Nomofobia se llama
Aquello de comprobar que las gentes, en los tendidos, durante las faenas de Roca Rey se olvidan del móvil es todo un milagro; o sea que, gracias al diestro de Perú, para miles de personas, cuando él torea hay algo más importante que el propio teléfono celular, todo un logro que solo Roca Rey lo ha logrado porque, repito, la enfermedad está tan extendida entre la sociedad actual que, cuando se acabe la temporada, hasta tendremos que contratar a Roca Rey para ir a misa para que las gentes se desprendan del teléfono puesto que, ya es horrible que, en misa, como he dicho, he visto a personas enfermas manejando el teléfono de los cojones.
Habrá que felicitar a Roca Rey por sus valores artísticos, por su poder de convocatoria para con las gentes, por su valor sin cuento ni medida pero, lo que él no imaginaba nunca es que le felicitaríamos porque tarde a tarde, es un sedante contra la Nomofobia. Fijémonos que, para una enfermedad más grave que la Ludopatía como es la Nomofobia y que nadie la quiera reconocer, aquello que el “doctor” Roca sea capaz de aliviar a tantos enfermos para que dejen de ser tales mientras él se juga la vida en los ruedos, su mérito no puede ser mayor y, como decía, posiblemente él ni se haya dado cuenta; o quizás sí porque así se lo habrán contado.
Gracias, Roca Rey, por todos tus valores, los que atesoras y muestras cada tarde en los ruedos pero, repito, hay que felicitarte porque en el transcurso de tus faenas logras que miles de enfermos se tomen la dosis de ilusión adecuada para que, al menos, en la lidia de tus toros, muchos aficionados pasen de ser enfermos a vivir la fiesta en calidad de auténticos aficionados que, en definitiva es lo que siempre deberían ser sin necesidad de sedante alguno.