Pasando los bosques de pinos del norte de Las Landas de Gascuña se encuentra la plaza de toros Roland Portalier del pueblo de Parentis. Un pueblo aficionado. Que vive y siente el Toro o más bien dicho el Novillo. Un pueblo que da su feria torista de la Sen Bertomieu el primer fin de semana de agosto en la cual predomina el tercio de varas. Un pueblo que se resiste a la moda del toreo edulcorado de este inicio de siglo XXI. Rusticidad en vez de plasticidad. Profundidad en vez de superficialidad.
Eso se debe a la benévola Asociación De Aficionados (ADA Parentis), alma y seña de esta reserva del torismo que dirige Serge Villetorte ayudado por el empresario Alain Lartigue.
Si bien la última feria no redondeó en términos de triunfos rotundos de novillos, novilleros o picadores, se vieron con interés los encierros de los ‘patablancas’ de Monteviejo y de los veragüeños Prieto de la Cal, el valor de los varilargueros Juan Antonio Agudo Gómez y Gabin Rehabi como el coraje necesario de los novilleros que se pusieron frente a novillos de plazas de 1ª. Honor a ellos; Miguel Ángel Pacheco, Daniel García Navarrete, Manuel Ponce, Mario Palacios, Guillermo Valencia y Tibo García sin olvidar los becerristas José Luis Vega, Héctor Gutiérrez, Daniel de la Fuente y Lucas Miñana.
Y, más importante que cualquier triunfo, Parentis, la ADA y sus mentores merecen el más bonito premio de todos, el de la defensa de la autenticidad de la Fiesta en lo que es la penúltima plaza de toros más norteña de nuestro mundo taurino. La última frontera.