|
El domingo 13 del mes de marzo, en la encantadora ciudad de Valencia, se reunieron miles de amantes de la fiesta brava, por algo llamada la mejor de las fiestas y, trasladaron al mundo entero, taurino o no, una gran verdad a través de un mensaje que, al parecer, muchos no desean escuchar y, si lo hacen, no entienden el porqué del mismo. Si señores, los taurinos de todo el mundo, estuvimos a través de nuestro espíritu y nuestra mente, junto a quienes estuvieron en esta masiva manifestación que, lo único que pedía a todos, es “respeto y libertad” para realizar una actividad, profesional por un lado y de espectáculo maravilloso por otra.
Los toreros, novilleros, rejoneadores, los toreros de plata, ganaderos, monosabios, areneros, acomodadores, etc. y, a miles de gente que viven de la fiesta vendiendo en los alrededores de la fiesta sus obras de arte creadas con sus manos y mentes brillantes, forman parte de los profesionales que han escogido esta maravillosa y peligrosa profesión; mientras que, los aficionados que amamos el arte de la tauromaquia, formamos el otro estamento del mismo. Entiendo que muchos más, forman también estos estamentos, aunque -posiblemente- por desconocimiento, no los he mencionado.
Sin embargo, que exista gente que dicen que son inteligentes aunque para los taurinos no tienen ni medio gramo de cerebro- que se opongan a su realización, o pongan trabas para que la fiesta brava no pueda realizarse en su totalidad, es algo de un mundo de Ripley. En esa categoría están los antitaurinos que dicen que defienden a los animales –pese a que como en mi querido país, los Diablumas solo son un grupo de roqueros que propende la drogadicción y el aborto seguro-; los políticos de izquierda que prefieren dar espectáculos de “gays” en público, que respetar en España, lo que es la tradición base de su propia nacionalidad; y/o, otros que se hacen llamar “ecologistas”, y que no son sino una cantidad de desadaptados que no entienden el verdadero valor del arte y, lo único que tienen, es deseos de “joder, joder y joder”. Qué pena que en la humanidad existan estos seres tan limitados.
Mi querido y encantador país, ubicado en la mitad del mundo como es Ecuador, ha sufrido desde hace varios años el ataque de estos desadaptados que lo gobiernan. Incluso el 7 de mayo del 2011, en la malhadada consulta popular, se permitieron realizar la pregunta No 8, para tratar de eliminar definitivamente en todo el territorio nacional la fiesta brava pero, como todos los que hacen maldades, se equivocaron y, en lugar de confeccionar una pregunta como la que pusieron para los casinos, la dirigieron a los habitantes de cada cantón –cosa que es ilegal e inconstitucional porque eso tienen que hacer cada uno de los alcaldes y no el presidente de la república- y, de los 220 cantones que tiene el país, en 98 ganó el No y en ellos si se puede realizar festejos taurinos a la usanza española.
Lo lamentable fue, que en el cantón Quito, en nuestra querida y maravillosa ciudad capital de todos los ecuatorianos, por un reducido número de votos, ganó el SI y, desapareció la Feria Taurina “Jesús del Gran Poder” que, durante 50 años fue considerada como la mejor feria taurina de América. Se pelean los cantones de Riobamba y Ambato por ser la “capital taurina del país” pero, todavía falta que ese apoyo, permita que se realicen un mayor número de festejos pues, pese a lo pequeño que es el país, son pocos los festejos y la actividad taurina. También sobresalen los cantones Mejía (Machachi) y Latacunga, donde también se realizan varios festejos a los largo del año.
Felicito a quienes dando ejemplo de hombría y honestidad estuvieron presentes en esta magna manifestación pública y, a toreros como Enrique Ponce que fue quien dio el mensaje sonoro y, con él, a José Tomas y a Diego Urdiales, que lo acompañaron en primera fila en esta actividad taurina de rechazo a las “bravatas” de los seudo dictadores y, que dejaron en claro que lo único que se solicita al mundo entero, es un poco de respeto y libertad, para que aquel que así lo desee, pueda hacer de la tauromaquia una profesión o, permita mirar a los aficionados, su espectáculo preferido. Lamentablemente, todos los taurinos conocemos que será difícil todo esto, ya que, no se puede llegar como se debería, a mentes cerradas de estos desadaptados y con tan poco cerebro. Pese a ello, hay que seguir con la lucha. Viva la Fiesta Brava y el toro de lidia.
|
|