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Durante el año que terminó hace poco, la familia taurina tuvo momentos duros y difíciles pues, hubo muertes de valiosos toreros, algunos ganaderos y, también aficionados. A eso se le suman algunos destacados periodistas taurinos que tuvieron que pasar por momentos críticos, con enfermedades no esperadas que, ventajosamente, unos se rehabilitaron y, otros, continúan aún en manos de los médicos para su definitiva curación. Y, si a todo eso, tenemos que sumarle la guerra sin cuartel de los politiqueros de izquierda y de los animalistas que se hacen llamar “antitaurinos”, creo que no podemos hablar de un buen año el que, ventajosamente, ya se fue.
Dice uno de los dichos de nuestros antepasados, que “la esperanza es lo último que se pierde” y, yo creo que es una gran verdad; a la que, se le debería añadir ese otro dicho que dice, que “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. Ya que, al comenzar este nuevo año 2017, creo que todos quienes integramos la familia taurina, tenemos que confiar en que, poco a poco, todo va a ir cambiando, siempre en búsqueda de lo mejor para la fiesta brava.
Lugares emblemáticos de la fiesta del toro bravo, que durante largo tiempo habían sido utilizados para otros menesteres, han vuelto –nuevamente- a ser parte de la mejor de las fiestas, como lo maravilloso de la plaza de toros de Bogotá y, esperamos que muy pronto, se vuelvan a dar festejos taurinos en Barcelona. Sin embargo, en mi pequeño pero hermoso país como es Ecuador, ubicado en la mitad del mundo, una de las zonas de ensueño para cualquier habitante del planeta por sus maravillas naturales, su clima y, lo que es más importante, su gente. Salvo eso sí, de los integrantes del Socialismo del Siglo XXI que, lo único que han demostrado, como en otros países que han tenido también este azote político, sus aficionados taurinos mantenemos la esperanza de que en las próximas elecciones presidenciales todo cambie y, volvamos a vivir nuevamente en libertad, y donde a quien lo le guste la tauromaquia, respete a sus conciudadanos que piensan diferente.
En la famosa asamblea legislativa, acaba de tratarse sobre la aprobación de la nueva ley de medio ambiente, donde los antitaurinos metieron la mano para eliminar la fiesta taurina, las peleas de gallos, los toros de pueblo, la presentación de los rodeos montubios, etc. Pero, pese a que la mayoría absoluta pertenece a los asambleístas del partido de Gobierno como es alianza país, todo lo que estos “trogloditas quisieron”, no pasó y, por lo menos, “respetando los resultados de la malhadada consulta popular”, se entregó a los alcaldes de cada uno de los cantones, el poder para que sean ellos quienes controlen esta aplicación de la ley, aunque siendo todavía lamentable, siempre mirando los resultados del 2011. Aunque no es muy satisfactorio, y como dice la voz del pueblo, algo es algo. Es decir, las mañoserías de estos enemigos de todo, por lo menos, no pudieron cambiar la opinión de todo el resto del pueblo. Por lo tanto, creo que estamos cerca de conseguir lo que la familia taurina ecuatoriana desea de todo corazón, que regrese el respeto y la libertad, con toda la fuerza de nuestro corazón. Adelante miembros de esta maravillosa familia taurina. Les pedimos a la distancia, los aficionados de “hueso colorado” como nos llamamos los taurinos ecuatorianos. Felicidades, éxitos y mucha salud para todos, en este nuevo año 2017.
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