Hace justamente un año escribíamos sobre los 250 años transcurridos de la inauguración de la plaza limeña de Acho, la tercera más antigua de los cosos del mundo taurino, tras la Maestranza de Sevilla y del coso de Pignatelli de Zaragoza. En ésta ocasión y sumando un año más a dicho coso, ya que el 30 del presente mes cumple un año más: quiero hacer un pequeño homenaje a la persona que por entonces dio vida a tan añeja y tradicional Plaza. Se trata de D. Manuel Amat y Junyet.
Este caballero español y nacido en la región de Cataluña allá por el año 1704, en la localidad de Vacarisas y que perteneció una de las más distinguidas y nobles familias catalanas, ostentado el título de Marqués de Castellbell; catalán por los cuatro costados ya que su padre fue D. Joseph de Amat, primer marqués de Castellbell y su madre Dª María Anna Junyet y Vergos.
Desde muy niño y dada la influencia familiar, demostró desde su adolescencia dotes castrenses, participando con apenas 15 años en acciones bélicas en los ejércitos del Rey Carlos III, contra los franceses en Aragón y a los 17 años ingreso en la Orden de Malta; tras su estancia en la isla de Malta, sirvió en las guerras de África y por ello obtuvo el mando del Regimiento de los Dragones de Sagunto. Destaco en varias batallas del reino de Nápoles; en su carrera militar llego a alcanzar el grado de Mariscal de Campo.
Carlos III en agradecimiento a sus altos servicios lo nombró Gobernador y Presidente de la Real Audiencia de Chile; iniciando así su larga estancia en las colonias del Nuevo Mundo. En dichos territorios emprendió importantes obras públicas. Tras su gran administración en el territorio chileno. El Rey Carlos III lo nombra nada menos que Virrey del Perú. Arribó a la ciudad virreinal en la emblemática fecha del 12 de octubre del año 1761.
Su administración fue muy fructífera para el virreinato; creando instituciones sociales y culturales, reorganizo la Universidad de San Marcos y así podríamos seguir; pero para los aficionados a la fiesta taurina, lo que nos interesa es la promoción y construcción de la plaza de toros “Hacho”, que es como por aquellos años del siglo XVIII se escribía. Dicha plaza fue construida en el Distrito del Rimac, a pocas leguas de la capital virreinal. Su gobierno fue muy favorable para la corona y por ello el Monarca le adjudicó la medalla de la Orden d San Jenaro. En el año 1776 fue cesado como Virrey y retornó a la Península, concretamente a Barcelona, en la ciudad condal mandó a construir un suntuoso palacio en La Rambla barcelonesa, más conocido como el Palacio de la Virreina. Hasta aquí un resumen de la vida de este ilustre personaje.
Entre la gran cantidad de obras que acometió éste Virrey; la que tiene interés para nosotros los aficionados taurinos, es la promoción y construcción de la plaza de toros de Acho en Lima.
Don Manuel Amat era un gran aficionado a la fiesta de los toros y como en Lima dicho espectáculo ya por entonces tenía un gran arraigo. El Virrey, decidió construir una plaza de toros al uso de las que ya había en la Metrópoli. Con el apoyo y participación de uno de los hombres más ricos del virreinato, el terrateniente D. Agustín de Landaburo, se inicia la construcción de dicho coso, que fue inaugurado el día 30 de enero del año 1766; su primer festejo fue un gran acontecimiento social y cultural . Asistió todo Lima, incluido el Alcalde de la ciudad que por entonces justamente era D. Agustín Hipólito de Landaburu y lógicamente el Virrey D. Manuel Amat y Junyet.
Este curioso personaje, murió en la ciudad Condal a la edad de 78 años, un mes de febrero del año 1782.
Hasta aquí éste pequeño homenaje al impulsor de la plaza de toros más antigua de América, que fue sin lugar a dudas un gran aficionado a la fiesta de toros y eso que era un Catalán de pro.