El toro se ha caído en España en diferentes épocas y se está volviendo a caer ahora.
Preocupante tema, pues nada más deplorable que ver al rey de la Fiesta doblando las manos y como ya varias veces, le hemos visto en esta temporada, echado cual manso en la dehesa.
De momento casi se podría decir, que lo de Victorino es lo único que no se cae.
Antiguamente se especuló tanto alrededor de esta tragedia, que al final, no supieron dónde estaba la solución, o cual había sido la causa.
Hasta de la glosopeda se hablaba.
Sin pretensiones de zootecnista, nos atreveríamos a diagnosticar, que el problema está en la dieta. Los ganaderos españoles “en general” han sido erráticos y con algo de avaros a la hora de llevarles la comida a sus animales.
Y para completar el cuadro, no sabemos a quién se le ocurrió que corriendo las corridas de saca tres veces por semana, le van a proporcionar estado físico a un toro, que nunca antes corrió y al que le han apurado 80 o 100 kilos de carnes, que no de fibra, en los últimos seis meses de su vida.
Asumiendo que estemos equivocados de cabo a rabo, de lo que sí que estamos seguros, es que este deprimente espectáculo no puede seguir haciendo parte de una corrida de toros.
Para que todo no sea reproche; diremos a boca llena, que no cabe duda, que hay bravura en la cabaña brava de la Península. Quizá algunos ganaderos son proclives a la excesiva nobleza, pero esto se puede solucionar a un relativo corto plazo.
Igualmente, hay que decir, que se está refrescando el escalafón. Vienen arreando los jóvenes y los ya consagrados, no están dispuestos a ceder la silla.
La afición está respondiendo en España y Francia es un gusto. México y Perú tienen toreros importantes que alimentan la pasión. Donde sí que no hay ni afición, ni toros, ni toreros y mucho menos dirigentes, es en Colombia. Una pena.
Pecaríamos de no aprovechar esta Tribuna, para llorar de corazón, la tragedia que así esté asumida en cada tarde de toros, no deja de impresionarnos. La ida de Iván Fandino nos ha conmovido. En gloria esté el torero y la resignación acompañe a los suyos.
QUE DIOS REPARTA SUERTE.