Llevamos ya muchas semanas, recibiendo malas noticias para la tauromaquia, con ataques por todos los frentes. Lo peor en todo esto es la pasividad del sector taurino. Luego cuando nos lamentemos ya no tendrá solución. El que avisa no es traidor y el mayor ejemplo lo tenemos, con el cierra de la Monumental de Barcelona.
El año pasado ya comenzaron los rumores de que el futuro de la tauromaquia en Baleares, estaba colgando de un hilo. Y esta semana pasada, ha quedado claro que los políticos, de estas bellísimas muy taurinas islas, no tienen otras cosa de las que preocuparse, que andan muy liados con la “regulación bochornosa de las corridas de toros”. Más vale que se ocuparan de la política de turismo que están llevando estos últimos tiempos y de los ataques que reciben del nacionalismo catalán. Los parlamentos en muchas ocasiones pierden el tiempo y el dinero, de los españoles, en cosas totalmente absurdas como estas.
Ya lo dejó muy claro el Tribunal Constitucional en su sentencia del 2016, cuando dijo que la administración autonómica en ningún caso puede prohibir los espectáculos taurinos, su ámbito se limita a regularlo. Y ahí radica el problema, en el que no podemos entender por regular, el convertir el espectáculo en una “pantomima” suprimiendo el tercio de varas, las banderillas y la muerte del animal. El parlamento Balear no puede alterar las alteraciones de sus elementos culturales fundamentales, no pueden convenir la esencia fundamental de la tauromaquia. Pero esperemos que en este caso el Constitucional, no tarde seis años en pronunciarse, como hizo en el caso de Barcelona, si no ya será demasiado tarde.
Le avisó el gobierno estatal el pasado mes de junio al Parlamento Balear, que la regulación que querían llevar a cabo vulneraba la ley estatal en referencia a la regulación de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural. Por lo que tendrá dificultades, de pasar el veredicto del Tribunal Constitucional. Pero “saltándose a la torera esto”, el Pleno lo sacó adelante con los votos favorables del Partido Socialista, Podemos y Mes, solamente votaron en contra el Partido Popular y Ciudadanos.
Segundo he podido leer en declaración del presidente de la Federación Taurina de Baleares, cree que “esta Ley es un intento de la izquierda de rechazar todo lo español y que responde a un planteamiento nacionalista, intentando borrar cualquier elemento cultural que ellos consideran externos a la isla”. Cuando los primeros festejos de los que se tienen noticias en esta isla, se remontan a 1349, algunos de ellos dicen que estos espectáculos son “reminiscencias de la etapa franquista”, hasta dónde llega la ignorancia de algunos. Por el contrario la presidenta del Govern, respondió con un “el que quiera jugar con un animal, que use un peluche”, ahí queda claro su total ignorancia. No entiendo porque unas personas que en su vida han pisado una plaza de toros y no saben absolutamente nada sobre esto, se poner a regular esta serie de cosas.
Y esto que tenemos en Baleares como salga para adelante, nos podemos echar a temblar, porque las otras marcas blancas que se encuentran en el orbe político, de otras comunidades autónomas, van a proponer lo mismo. Y eso si que será el fin absoluto de la tauromaquia. Que el sector taurino, se levante y se ponga manos a la obra, no hay tiempo para lamentarse.
Qué bonita me parece la Monumental de Palma, las veces que he podido acudir y verla desde fuera. Espero que pueda algún día presenciar un festejo taurino, con una tarde triunfal y los tendidos llenos hasta la bandera. Por soñar que no quede, ahí lo dejo.