Manolete siempre fue un torero de pundonor y vergüenza. Para muestra de esto último cuenta la historia que su pundonor se manifestó en este torero desde muy joven. Luis Gómez cuenta el relato que Manuel Rodríguez le confesó: Que siendo un chiquillo y durante el tiempo de su vida de más necesidades fue a una finca en la que ya había estado toreando. Al verlo el ganadero se molestó bastante ¿Otra vez por aquí para comer y codillear toreando?
Manolete le contestó- dn Luis, ese día es el que menos he codilleado en toda mi vida. Cuando terminé de torear a la vaquilla sacándole los brazos todo lo que pude me regresé a Córdoba sin comer… y de verdad le digo es que tenía mucha hambre… pero era más importante mostrar el pundonor que debe de tener un torero… desde siempre…
Una muestra de una de las características que hicieron de Manolete un torero único en su pundonor y entrega.
¿Hay toreros así hoy en día? Ojalá…