inicio / opinion y toros
 
   
   
Inicio
Editorial
Opinión
División de Opiniones
El Arte del Rejoneo
Reportajes
Mano a Mano
Tribunas
Noticias
San Isidro
Enlaces
Novedad Quiénes somos
Buscador OyT
   
 
Previsión del tiempo para MADRID
 
 
Gracias por seguir con nosotros
 
18/09/2016
  (Ciudad de México) Ricardo de Santiago deslumbro con luz propia en un festejo de más a menos (Crónica completa)
 
Firma: Jorge Eduardo
 
     
 

El valor agregado de las novilladas siempre ha sido el factor sorpresa. La posibilidad de ver a un chico jugarse la vida con honestidad y con entrega, pero también con conocimiento de causa, con gracia, con arte, y hasta con personalidad. Cuando se logra tal acontecimiento el espectáculo resultante es uno de los más bellos y emocionantes que existen. Eso exactamente se vivió este domingo con la “apasionada entrega” del potosino Ricardo de Santiago con el primer novillo de dos que lidió.

Pero comencemos por el principio. El colombiano Camilo Hurtado no pudo someter las embestidas complicadas del abreplaza, áspero y violento, al que no se pudo imponer. Mató de estocada delantera tras pinchazos. Palmas.

Sibarita –n. 289, 386 kg.-manso y deslucido, se lidió bajó ráfagas de viento. Entre el juego que ofreció y el clima obligaron a llevar la lidia hacia las tablas, cerca del burladero de la porra, donde Ricardo de Santiago puso manos a la obra para construir una obra maciza, duradera, emocionante, en la que hizo gala de carisma, de torería, de vergüenza, de intuición torera, de quietud, de valor, de arte, de conocimiento, de hambre, de empaque, de buenas maneras, de mejor concepto, y de otro ciento de virtudes positivas.

Un ceñido y torerísimo quite por zapopinas al primer novillo encendió las antenas de la afición, que ya antes de que comenzara su turno le esperaba. Así, pues, cuando desmayó los brazos en un par de bellas verónicas con los vuelos del capote fue que el tendido comenzó a calentarse para explotar definitivamente en el quite. En respuesta a un quite sin mucha fortuna de Cissé fue que el potosino instrumentó unas chicuelinas personalísimas, de mano baja, templadísimas y rematadas con una hermosa revolera de mano cambiada.

Así, pues, para el segundo tercio aquello era ya la locura, una locura que la joven promesa alimentó con un tremendo tercio de banderillas protagonizado por un muy refrescante clasicismo. El sentido de la quietud, de la exposición, de la proporción con la que cubrió el tercio de banderillas implicó la supresión del salto tan en boga para clavar con buen gusto. Todo ello se hizo acompañar por la variedad que aportaron los toreros recortes y giros, con un rico sabor a clásico, más cercano a David Liceaga y a Luis Francisco Esplá que a la escuela de Vicente Ruíz El Soro, que hoy monopoliza a los matadores banderilleros. ¿Y la colocación? Impecable como muy pocas veces.

En el último tercio terminó por cuajarse la gran faena. De Santiago tardó en hallar el terreno correcto para hacer gala de su buen concepto frente al ventarrón que se soltó. Finalmente, se refugió en ese terreno de la plaza, entre cuadrillas y toriles, en el que algunas voces autorizadas, como la de Eloy Cavazos, afirman que hace menos viento. Ahí, metido en tablas, con mucho valor, aguante, buen gusto, y con una gran comprensión de lo que el novillo pedía para embestir. Vino, pues, el gran concierto por ambas manos, con un aguante que hizo rugir la plaza, con unas formas tan refinadas que la faena fue un entero prodigio, con un valor que asustó al miedo en terrenos más que comprometidos, y con unos pases de pecho que todavía no terminan. Rugió, pues, la Plaza México como hace un tiempo no lo hacía. Se entregó sin medida a un muchacho que se entregó a ella sin reserva.¡Y todo con un novillo de condición tan pobre, tan ocupado en desparramar la mirada a la menor provocación!

Tristemente nada es perfecto. Llegó el momento de la matada y entonces sí, Ricardo, que estuvo tan fácil en todas las otras suertes, se entregó torpemente y fue brutalmente zarandeado en tres ocasiones, de las que salió cada vez más mermado, y el novillo más crecido. De la última, ya con dos avisos encima, no se pudo parar, y fue trasladado a la enfermería. Salió Camilo Hurtado, con un miedo bastante racional, a intentar matar a Sibarita, que andaba como si nada y adueñado ya del cuadro.

Se produjo entonces el bochornoso espectáculo de la aplicación torpe del reglamento por parte del señor Jorge Ramos, que en su intento por cumplir con la fracción VI del artículo 76, echó bocinazos a diestra y siniestra de forma desconcertante, completando la inédita cantidad de tres segundos avisos. En fin, haiga sido como haiga sido, el señor Ramos le tocó tres avisos a Hurtado, y Sibarita, que ya para entonces andaba en plan de “a mí no me mata nadie” volvió al corral tras cinco avisos procedentes y reglamentarios, pero con un invariable sabor a ineptitud.

De Santiago salió a lidiar el quinto con menos fortuna, pero reafirmo su buen quehacer con las banderillas, su quietud, su valor, y sus ganas de ser. Y por qué no decirlo, también dejó ver un cierto verdor natural y bastante saludable para un chico con su rodaje. A este sí logró meterle la espada, aunque se llevó otros dos avisos.

Baptiste Cisée se enfrentó a un buen novillo, repetidor, pronto, humillado, con recorrido, pero que exigía temple y mando. El francés solo pudo pegar dos buenos trincherazos en la primera tanda de la faena, mientras que en el tendido la gente se ponía del lado del astado. Pitos.

Sebastián Ibelles se recreó con la mano derecha durante la lidia del cuarto. Aunque toreó más bien despegado, sus derechazos, limpios, firmes, templados, y ligados conectaron rápidamente con el tendido. Sin embargo, no pudo redondear el trasteo con la mano izquierda, y su labor poco a poco perdió brillantez. Mató de una estocada caída y perdió el favor de la afición y alejándose de tocar pelo. Fue ovacionado.

El joven Ibelles se hizo acreedor a la posibilidad de lidiar al último de la tarde, que desde su misma salida presagió complicaciones. Así, pues, el torero mexiquense comenzó por bregar y lidiar a un toro geniudo y mansurrón que así lo exigía, y que, como era previsible, no se prestó para el toreo en redondo. Con la muleta también comenzó con procedimientos para someter, pero decidió pasar un rato intentando torear en redondo, lo que colaboró a hacer tedioso el final de la novillada. Mató sin mayores complicaciones y se retiró en silencio. 

 
     
   
     
   
     

  haznos tu página de inicio   
 
EL FINAL DE UNA ETAPA
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO
ETERNAMENTE… GRACIAS
Op. / Castro
Editorial del Mes
Op. / Plá
EL FINAL DE UNA ETAPA
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO
ETERNAMENTE… GRACIAS
 
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la Guarda de los toreros
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018?
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO
Mano a mano
Div. Opiniones
Reportajes
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la ...
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018?
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO
 
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR /
UNA ETAPA MÁS /
NO VALE RENDIRSE /
Op. / Ecuador
Op. / España
Op. / Venezuela
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR
UNA ETAPA MÁS
NO VALE RENDIRSE
TODAS LAS NOTICIAS DE CADA PAÍS
España   Francia   Portugal   Colombia   México   Ecuador   Perú   Venezuela 
 
Oyt en Facebook
 
Oyt en Twitter
 
 
     
 
 
 
     
escucha el pasodoble  
 
 
   
  opinionytoros.com  
© diseño web BIT FACTORY, S.L.
Antolín Castro Luis Pla Ventura