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Como si fuera ayer, recuerdo cuando estuvimos juntos a la entrada de la plaza de toros de Ambato hace un par de años, luego de la lamentable consulta popular del 2011, cuando el nefasto ex – presidente Rafael Correa, eliminó las actividades taurinas de la Monumental Plaza de toros Quito, y a ti, se te notaba la rebelión interna que sentías ante la impotencia de no poder hacer nada. Hace un mes, te fuiste de este mundo, habiendo dejado muchos conocimientos verdaderos, maravillosos y miles de amigos que, durante tu larga estadía dentro de lo que significa la tauromaquia, los tenías y de verdad, gracias a tu gran experiencia..jpg) Jorge Guevara Segarra (+) Muchos te llamaban Maestro y, yo creo que tenían razón pues, en los pocos años que te conocí, fueron varias las oportunidades que analizabas mis notas periodísticas, al igual que mis comentarios cuando, ante el sensible fallecimiento de María Zaldumbide Serrano, me correspondió hacerlo como Corresponsal de OyT desde Ecuador.
Siempre ponías énfasis en la forma de utilizar algunos términos taurinos pues, era obvio que tú los conocías mucho mejor que yo. Nunca tuviste que repetirme uno de tus señalamientos. Igual cosa ha ocurrido con nuestro Director Antolín Castro. Por eso, mientras esté con vida en este mundo tan difícil de vivir, me sentiré halagado por haber tenido tan buenos amigos y maestros en un mundo, que pocos lo conocen en su integridad, pero que, llevamos la lucha noble e inteligente, por todos los medios posibles, con el único objetivo, de que el mundo del toro bravo viva eternidades.
Fuiste torero, periodista, gran aficionado taurino, con enorme pasión lo llevaste en tu corazón cuando viviste, conociste el mundo de la plaza de toros más importante del mundo como Las Ventas pero, sobre todo, fuiste un SEÑOR, en mayúsculas y con todas las letras en negrillas, ya que, ese es el título que todos pueden alcanzar pero, en la realidad, muy pocos son los que lo ostentan.
El camino al más allá no lo conocemos pero, todos lo tenemos que seguir hasta el final. Que tu amor del mundo del toro bravo, te tenga en alguna localidad en la plaza de toros del cielo, junto a grandes figuras que tú conociste y que criticaste siempre con la verdad. Que tu familia se sienta orgullosa de los que fuiste y, simplemente, me queda decir, ¡hasta pronto querido amigo!
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