Dicen quienes conocen del tema taurino que la corrida de toros se tiene que ver a partir del toro que es la materia prima del espectáculo.
El encierro de Mondoñedo, bien presentado con ejemplares que fueron aplaudidos de salida, algunos terminaron pitados en el arrastre por el poco juego que dieron en la parte final de su lidia en la que carecieron de fondo y terminaron defendiéndose, echando la cara arriba con derrotes peligrosos.
Decimos en nuestro titular que fueron dos polos opuestos los ejemplares corridos en segundo y tercer lugar porque uno, el segundo huyó hasta de su misma sombra, declarándose un manso de libro al que se solicitó por gran parte del público, el cambio del toro pero la presidencia aplicando bien el reglamento se sostuvo en la decisión de mantenerlo en el ruedo y eso sí errando al no condenarlo con banderillas negras pues ni un refilonaso que partiera el cuero se llevó. El otro, el tercero por el contrario fue un toro que salió alegre de toriles, tomó bien la vara y tuvo transmisión, si se quiere hasta con un poco de genio pero la casta no le alcanzó para tener finales.
El resto del encierro tuvo dificultades que resolvieron bien los toreros con paciencia, aplomo, porfía y voluntad máxima.
Octavio Chacón, confirmó en La Santamaría sin obtener trofeos pero si dejando escriturado su nombre para posibles contrataciones futuras.
 Cortó la oreja de su segundo
 También se alzó con un apéndice
Con los palos lucieron Marcos Prieto y Pino en el primero, Iván Darío Giraldo y Andrés Herrera en el tercero y Ricardo Santana en el cuarto
La temporada finaliza el domingo 24 de febrero con la corrida goyesca en la que están anunciados Enrique Ponce, Sebastián Castella y Ramsés.
Fotos: Cortesía de Farley Betancourt
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